Cómo los hackers rusos ya son el primer rival de la selección inglesa en el Mundial 2018

La ciencia juega su Mundial

Copa Rusia 2018

Los números no mienten: un cuadro estadístico publicado el año pasado por el diario inglés The Guardian daba cuenta del número de pases promedio y la cantidad promedio de metros de distancia hasta la línea de gol por cada equipo de la Premier League. La gráfica muestra en su parte superior, alejado del grupo, al Leicester City, con una cantidad menor de pases a una distancia mayor del arco. Mientras el Arsenal se muestra como un equipo que conecta más pases más cerca de la meta. El primero, un equipo de estilo de juego directo, que antes que el regate beneficia la conquista del campo en jugadas largas y sencillas; el segundo, con un mediocampo de talentosos como Mesut Özil y Santi Cazorla, abunda más en traslados.

Los números, hoy, sirven para entender y hasta ver el fútbol, sin necesidad de verlo.

 

Una matriz informática para Inglaterra

Así las cosas, no extraña que los principales equipos en todo el mundo recurran permanentemente a la asistencia informática para advertir aspectos de los entrenamientos y partidos que pueden pasar desapercibidos y recoger enfoques innovadores sobre el rendimiento de los jugadores bajo diversas circunstancias.

Uno de estos es el entrenador de la selección inglesa, Gareth Southgate. El técnico impulsó el año pasado la firma de un acuerdo entre la Football Association y la Premier League, que establecía que los datos estadísticos recogidos por los equipos del campeonato local en sus entrenamientos serían compartidos e intercambiados con los de la selección nacional, y de torneos tan importantes como el de la Euro 2016.

No obstante, más de un equipo, que saben la valía de la estadística ordenada, sospechó que si todas las escuadras pueden acceder libremente a esta base de datos común, ello podría perjudicar el desempeño propio, en la medida en que, como ya dijimos, los números abren una nueva dimensión de interpretación del deporte. Así que la data de más de un squad brilló por su ausencia, señaló Southgate a mediados de este año.

En otros casos, fueron las diferentes plataformas de cosecha de data las que jugaron en contra de una base de datos sólida en lo que respecta al fútbol profesional inglés de primer nivel. En el caso de la selección de los tres leones, los sistemas GPS son las principales herramientas para evaluar el rendimiento y desempeño de un jugador en la cancha. Para equipos como Manchester United, uno de los reticentes a compartir su información, es la tecnología Omegawave, la misma que mediante una banda torácica recoge información sobre el sistema cardiaco y nervioso central del futbolista, la designada por órdenes del entrenador José Mourinho.

 

La amenaza fantasma

Aun así, pese al celo profesional y la diferencia de sistemas tecnológicos, Inglaterra cuenta con un buen banco de data y que, en manos equivocadas, puede revelar más de un aspecto de las estrategias del equipo y cómo afrontar a diversos enemigos. Ello se evidencia al conocerse más sobre las medidas y protocolos de seguridad informática que la Football Association pretende implementar entre la misión inglesa que viaje a Rusia para la Copa Mundial. Los ingleses están a una victoria de clasificar primeros del Grupo F de las eliminatorias europeas y desde ya vienen delineando qué hacer para protegerse de los hackers rusos y con ello resguardar el secreto de las tácticas del equipo.

De acuerdo con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, diversos grupos de hackers ubicados en Rusia han intervenido en los sistemas electorales de 21 estados de ese país durante las recientes elecciones presidenciales, en las que Donald Trump resultó vencedor. El FBI también ya había advertido sobre la intromisión de piratas rusos en la campaña, mediante la difusión de noticias falsas y de una serie de correos electrónicos personales que echaban luz sobre los tejes y manejes al interior del Partido Demócrata, afectando la imagen de la candidata rival de Trump, Hillary Clinton.

Más aun: el colectivo hacker Fancy Bear, con sede en Rusia, ya filtró hace algunas semanas los archivos médicos de futbolistas que han pasado por la Premier Legue, como Carlos Tévez, Dirk Kuyt y Gabriel Heinze; asimismo, correspondencia entre la FA y la Fifa sobre investigaciones en curso sobre presunto dopaje de varios jugadores en el torneo inglés. Los tres mencionados son parte de una lista de 25 que usaron sustancias prohibidas por el órgano deportivo, consumo que fue detectado en plena Copa Mundial Sudáfrica 2010. No obstante, de acuerdo con los archivos revelados por los hackers rusos, los 25 fueron absueltos aduciendo que los fármacos fueron consumidos con fines terapéuticos y no con el ánimo de mejorar sus rendimientos.

 

Candados contra el pirateo

De ahí que los mandamases de la FA hayan escrito, a inicios de este mes, una carta a la Fifa, pidiendo garantías sobre medidas que se tomen en el marco del torneo para asegurar los datos de diversos dispositivos electrónicos, ante eventuales ataques hacker.

De cualquier forma, la FA planea habilitar su propio acceso privado a Internet a la delegación inglesa, jugadores y personal.

Además, otras medidas de seguridad obvias y que son aplicables no solo a mundialistas sino a individuos de a pie deberán ser respetadas no solo por los ingleses sino por todas las demás selecciones que almacenen información sensible sobre sus tácticas en soportes digitales, como laptops, tablets y smartphones.

A la luz de ello, no sería recomendable el uso de puntos de acceso Wi-Fi en hoteles y lugares públicos y cualquier otra red de acceso abierto, no codificada, que pueda facilitar que las comunicaciones a su interior sean interceptadas por cualquier en las cercanías.

Asimismo, los jugadores deberán considerar mayores restricciones en las informaciones que revelan a la hora de publicar fotos o contenidos de cualquier tipo en sus redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, etc). No solo deshabilitar la geolocalización del equipo que se podría incluir en las publicaciones y revelar así la ubicación de un futbolista o de un plantel entero que prefiere llevar a cabo sus entrenamientos alejados del ojo del público, a fin de mantener en reserva sus tácticas. Publicar demasiados selfies también podría revelar dónde se encuentra el campamento de entrenamiento secreto del equipo, a partir de las imágenes de fondo y contexto que se incluyan en las fotos.

Como vemos, aunque ni siquiera han acabado las eliminatorias en todo el mundo y ni se conoce dónde jugará cada equipo, la competencia ya arrancó, aunque no precisamente a ras del campo sino más bien detrás de un teclado.

Hans Huerto

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