Money is in the air: el costo de la atmósfera

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Si el egoísmo y la negligencia gobiernan podríamos elevar la temperatura global a más de 4.5°C para finales del siglo. Esto es, sin hacer esfuerzo alguno. Las consecuencias serían devastadoras: de entre 9 a 10 mil millones de personas estarán expuestas a olas de calor todos los años; 2 mil millones de personas tendrán dificultades para acceder al agua potable; 500 millones de personas se verán afectadas por el aumento del estrés hídrico; 120 millones padecerán inundaciones fluviales; y la tierra disponible para la agricultura se reduciría a una superficie casi equivalente al tamaño de la India (3 millones de km2). Disculpe lector que inicie así la nota. No es que quiera ser pesimista, al contrario. Este presente habitable es una fortuna (efímera y finita). Revisemos las finanzas.
Existe una cantidad fija de emisiones de CO2 que el planeta puede permitirse sin sobrepasar la delgada línea de los 2ºC establecidos por el Acuerdo de París. Esto se conoce como nuestro presupuesto fijo de carbono (carbon budget). Según diversos modelos climáticos el presupuesto estimado para 2°C es de 2900 GtCO2. Estamos hablando de una cifra sideral: Gt equivale a mil millones de toneladas. Lo real es que ya hemos despilfarrado alrededor del 73% de ese presupuesto desde 1870, con lo cual solo resta un 27% - menos de un tercio de nuestro budget. Al ritmo actual de emisiones, esto se liquidará en 20 años. Si somos capaces de reducir dicho índice bajo estricta austeridad, podríamos alcanzar ese techo quizás en 5, 10 o hasta 20 años más tarde.
Si bien “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, para entender cuales son los rieles que baraja nuestro destino, el IPCC delineó una modelización del futuro climático para su Informe de evaluación AR5, estableciendo las llamadas Rutas de Concentración Representativas o RCP (Representative Concentration Pathway). RCP2.6, RCP4.5, RCP6 y RCP8.5 son las 4 trayectorias de concentración de gases de efecto invernadero. Las RCP están etiquetadas de acuerdo al posible rango de valores de forzamiento radiativo para el año 2100, es decir, 2.6, 4.5, 6.0 y 8.5 W/m2 respectivamente. La relación es casi lineal. Todo el carbono que ya hemos despachado es la línea negra.
En el eje vertical se grafica el aumento de la temperatura media global en comparación con los niveles preindustriales. El eje horizontal en la parte inferior del diagrama muestra la cantidad total de carbono acumulado en la atmósfera desde la Revolución Industrial. Y el eje horizontal en la parte superior muestra el mismo número en términos de CO2. La unidad utilizada es GtCO2 y GtC, es decir Gigatonnes de CO2 y de carbono. Fuente: IPCC
Una vez gastado el 100% del budget, nuestras emisiones a la atmósfera deben aterrizar a cero. Y aquí es donde el Acuerdo de París es crucial. El 55% de los emisiones globales están totalmente comprometidas con la emergencia climática. Pero el 1 de junio de 2017, Trump anunció formalmente que se retirarán del acuerdo, significando un acto de egoísmo de lo más espeluznante. Así obtendría el libre albedrío de sus emisiones que son el 15% de la totalidad. La fecha más temprana para aplicar el proceso legal y formal del retiro sería el 4 de noviembre del 2020 - casualmente, un día después de la próxima elección presidencial de Estados Unidos. Sacando esta potencia del tablero, el resto del planeta cuenta con menos recursos tecnológicos y económicos justo cuando más lo necesita. Las promesas climáticas entonces no son suficientes y la Tierra se encamina a una trayectoria de 3.5ºC de fiebre global.
¿Cómo detener a tiempo la catástrofe? La medida más lógica y de utopía extrema es decir "no usemos más combustibles fósiles". Sin embargo, ésta trinidad del underground (carbón, petróleo y gas natural) proporcionan más del 80% de la energía primaria del planeta. Diversos grupos y organizaciones ambientales del mundo occidental defienden esa visión promoviendo un futuro con energía 100% renovable. La escala del desafío es enorme. Pero, ¿es factible? Y, ¿es realmente ético?
Año 2020 y aún 1.200 millones de personas no tienen acceso a la electricidad - esto es el 16% de la población mundial. 2.7 billones de personas, el 38% de la humanidad, carecen de instalaciones de cocina básica. ¿Es ético negar el acceso a miles de millones de personas a la riqueza asociada a los hidrocarburos? Es realmente difícil de imaginar que las economías emergentes dejarán de usar combustibles fósiles. ¿Se negarían a sacar a su población de la pobreza, al negarles el acceso a ésta fuente de energía? Probablemente no. La Agencia Internacional de Energía especula que en las próximas décadas todo el incremento del uso de combustibles fósiles y sus emisiones asociadas provendrán de los países en vías de desarrollo, que por supuesto es poco probable que puedan permitirse el 100% de energías renovables. Las naciones más ricas se han comprometido a ayudar a las más pobres proporcionando "financiación climática" que les permita adaptarse y cambiar a una energía baja en carbono.
Fuente: FEU-US & Acting on Climate Together
La tecnología, las energías renovables y la eficiencia energética tienen un papel crucial e imperante que desempeñar: desplazar y posponer parte del uso de los combustibles fósiles, y abordar inteligentemente sus estragos mientras sea rentable hacerlo. En consecuencia, dos tercios del despliegue de la Tecnología de Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS) tendrá que suceder en todos los países en desarrollo para el 2050.
Al momento, las promesas de Europa son las únicas que aportan el verde esperanza para la siguiente década de nuestro mapa. Y la dádiva más suculenta también. La UE, sus Estados miembros y el Banco Europeo de Inversiones son los mayores contribuyentes de fondos públicos a los países en desarrollo para la lucha contra el cambio climático. La Comisión ya ha destinado el 20% de su presupuesto total (€206 billones) desde el 2014 a la fecha. Y ahora propone establecer un objetivo más ambicioso para el 2021-2027: incrementarlo al 25%, es decir, €114 billones adicionales.
La magnitud de la cooperación económica requiere una prolongada dosis de generosidad. La prescripción médica es unánime. Cualquier especie animal con baja moral no sobrevivirá.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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