¿Por qué la NASA envió una nave espacial a ‘cazar’ a un asteroide?

Finalmente, empezó la misión de la NASA que traerá muestras del asteroide Bennu a la Tierra. Con este objetivo, la nave de la agencia espacial, OSIRIS-REx, alzó vuelo en el cohete Atlas V desde la Estación de Cabo Cañaveral, Estados Unidos, en medio de la noche.

¿En qué consiste todo esto? Se trata de una misión de siete años: de acuerdo al plan, OSIRIS-REx dará una vuelta de 500 metros a Bennu en agosto del 2018, dos años después recogerá un poco de tierra y rocas y posteriormente llevará esta muestra cósmica a la tierra en setiembre del 2023.

“Poseer esta muestra estará a la vanguardia de la exploración espacial; será un tesoro para científicos del futuro”, indicó a Space.com Dante Lauretta, principal investigador de la misión, en una conferencia pre-lanzamiento.


Lanzamiento de la nave OSIRIS-REx, desde Cabo Cañaveral.


El cohete Atlas V, portador de Osiris, antes del lanzamiento.

La misión de 800 millones de dólares está enfocada en ampliar el entendimiento científico de cómo se formaron los planetas del sistema solar y cómo se originó la vida en la Tierra. El objetivo primario está resumido en el nombre de la misión: Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Seguridad, Explorador de Regolito.

“Vamos a Bennu porque es una cápsula del tiempo de las épocas más tempranas de la formación del Sistema Solar, cuando nuestro sistema fue esparcido en granos de polvo en una nube giratoria alrededor de una estrella creciente”, explicó Lauretta.

Se sospecha, además, que Bennu alberga una variedad de compuestos orgánicos, como bloques que contienen carbono. Los científicos creen que este tipo de rocas puede haber jugado un rol en la aparición de la vida en la Tierra, llevando grandes cantidades de agua al planeta mucho tiempo atrás.


Representación artística de OSIRIS-REx extrayendo muestras de Bennu.


OSIRIS-REx despliega su brazo robótico para tomar muestras de Bennu.

OSIRIS-REx se encontrará con Bennu en agosto del 2018; el asteroide está hoy a 225 millones de km. de la Tierra. Entonces, la nave impulsada por energía solar usará sus cinco instrumentos para estudiar al asteroide.

Se planea, por ejemplo, que en julio del 2020 la nave descienda a un nivel muy cercano a la superficie de Bennu, donde se desplegará un brazo robótico con el mecanismo Touch-And-Go Sample Acquisition Mechanism (TAGSAM) para colectar las muestras.

En ese momento, el TAGSAM usará gas nitrógeno para detonar una porción de la superficie del cuerpo y así coger al menos 60 gramos de material. Este será colocado en una cápsula para llevarlo a Utah en setiembre del 2023.

Un 4% de la muestra irá a la Agencia Espacial Canadiense, mientras que la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA) recibirá un 0.5%. El 75% será puesto a disposición para futuras investigaciones.

Si bien esta es la primera misión de muestreo de asteroides de la NASA, no es la primera de la historia. La misión Hayabusa de la JAXA trajo exitosamente una muestra pequeña de granos del asteroide Itokawa en el 2010. Y una Hayabusa 2 fue lanzada en el 2014 para muestrear otro asteroide llamado Ryugu.

OSIRIS-REx también tiene otros objetivos para Bennu: por ejemplo, entender y medir la trayectoria del asteroide. Desde su descubrimiento en 1999, su propulsión le ha hecho cambiar de posición en unos 160 km, dijo Lauretta. Es importante saber a dónde se dirige –agregó el científico– porque hay una pequeña chance de que el asteroide colisione con la Tierra el siglo XXII.

Daniel Meza

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