Nueva York combate plaga de ratas con anticonceptivos

La leyenda urbana dice que por cada neoyorquino hay una rata en la Gran Manzana. Ello dista de la verdad como toda leyenda urbana: una medición realizada en 2014 por la Universidad de Columbia arrojó que hay una por cada cuatro ciudadanos, esto es, dos millones de ratas habitan entre los poco más de 8 millones de neoyoruinos.

Y aunque solo sea la segunda ciudad más infestada de ratas en los Estados Unidos, sin duda su población de roedores es no solo un problema sanitario, sino hasta de seguridad, siendo estos animales capaces de diseminar enfermedades y hasta de causar incendios al interior de los automóviles que habitan.

Por ello, la ciudad tenía que combatir el problema de forma eficiente y distinta. Perseguir y matar a la plaga solo lograba que, donde una zona fuera desratizada llegaran nuevos e indeseables inquilinos, a la luz de la altísima tasa de reproducción de la rata parda, habitué de las calles y alcantarillas de la urbe. Gestan en 21 días camadas de 7 a 14 crías y así se pueden pasar el año entero, con lo que una pareja trabajadora puede traer al mundo más de 240 bebés en 12 meses, la mayoría de los cuales empezará a reproducirse también durante ese año, cuando alcancen su madurez sexual, a la tierna edad de cinco semanas de nacidas. En 15 semanas, una colonia de ratas puede crecer 10 veces su tamaño (incluso tomando en cuenta que estos animales viven un año).

El plan de control fue desarrollado en 2013 y consistía en reducir gradualmente las vigorosas capacidades reproductivas de las ratas neoyorquinas, reduciendo la cantidad de crías que en promedio nacían en cada camada y así lograr finalmente la esterilidad absoluta en algunos ejemplares.

Así como se haría en humanos, la solución fue la administración de anticonceptivos a través de cebos o anzuelos. ContraPest, el fármaco en cuestión, fue aprobado por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. en agosto pasado. Desencadena la menopausia temprana en las ratas hembra y afecta la producción de esperma entre los machos, sin efectos secundarios. Al no tratarse de un veneno, las ratas mueren finalmente de causas naturales.

Los ingredientes activos -triptolide y 4-vinilciclohexeno diepóxido- pueden causar infertilidad en otros animales, pero en las pequeñas dosis utilizadas en el cebo resultan inocuos. El líquido aromatizado se coloca en estaciones de carnadas solo accesibles por ratas. Una vez ingeridas, las sustancias químicas se descomponen por el metabolismo de las ratas, impidiendo que contaminen a sus depredadores o al ambiente.

Desde el inicio de las pruebas de campo de ContraPest, el compuesto logró en tres meses reducir a la mitad la población de ratas en el metro de Nueva York. Dos ensayos más en los Estados Unidos -uno en una granja de gran escala y uno en una zona urbana- también en ciudades de la costa este también tuvieron resultados positivos. En la granja, la población cayó un tercio en tres meses, mientras en el área urbana, el crecimiento de la población se estancó durante la época pico de apareamiento, con lo que la población se expandió en solo un tercio de lo esperado.

Brandy Pyzyna de SenesTech, la compañía de biotecnología en Arizona que desarrolló el producto, que este método no apunta necesariamente a erradicar a los roedores, pero sí a controlar su población modificando sus tasas de reproducción.

Pyzyna, presentó los últimos resultados ContraPest en la Conferencia de Pestes de Vertebrados de Australasia en Canberra, Australia, esta semana.

Citado por New Scientist, Peter Banks de la Universidad de Sydney dice que investigaciones posteriores deben descartar que el método no dé lugar a que las ratas que no consumen el cebo pueden terminar teniendo camadas más grandes y saludables porque hay menos competencia por los alimentos.

Hans Huerto

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