Desfile de envenenadores

Qué aspecto tienen las especies más ponzoñosas del reino animal

Muchos representantes del mundo animal utilizan veneno para el ataque y la defensa, siendo esto mortal incluso para un humano adulto. Los científicos no siempre logran entender cómo los organismos vivos han aprendido a producir toxinas tan potentes sin hacerse daño a sí mismos. Por ejemplo, hace muy poco, los científicos explicaron cómo la rana dorada venenosa logró adaptarse a la batraciotoxina. En honor de este descubrimiento, decidimos recolectar fotos de otras criaturas venenosas e igualmente bellas.

La rana dorada venenosa (Phyllobates terribilis) es muy letal. Sus glándulas de la piel secretan el veneno batraciotoxina, que tiene efectos neurotóxicos y cardiacos. La dosis semiletal de este veneno para ratones es de solo dos microgramos por kilogramo (por vía subcutánea). En promedio, una rana lleva suficiente veneno para envenenar a unos diez mil ratones. Pero las mismas ranas son insensibles al veneno.

Phyllobates terribilis
Toño Garces / flickr

Phyllobates terribilis
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Phyllobates terribilis
guppiecat / flickr

Conus geographus
Berthomier Jack / flickr

El caracol cono geográfico (Conus geographus) es un depredador y caza peces. El cono se mueve lentamente, pero produce un veneno muy fuerte, que le permite casi instantáneamente matar a las presas. Su dosis semiletal, según diversas estimaciones, es de uno a 30 microgramos por kilogramo. La lengua de los caracoles está equipada con dientes pequeños, con los cuales el molusco raspa la comida. En los conos la rádula se convirtió en una especie de arpón, al final del cual se encuentran dientes afilados, y a estos se acerca la glándula venenosa. El caracol tiene una probóscide en el extremo delantero, y cuando encuentra la presa, el arpón venenoso pasa a través de la probóscide y se sujeta en su extremo. Cuando el molusco se acerca a la presa, "dispara" con el arpón y la víctima recibe una dosis de veneno neurotóxico.

Conus geographus
Ian Jacobs / flickr

 

Hapalochlaena lunulata
jdphotos2007 / flickr

El pulpo azul (Hapalochlaena lunulata) tiene un mal carácter: es bastante agresivo y a menudo ataca al enemigo, incluido al hombre. Así se comporta también cuando está molesto o asustado. Estos pequeños pulpos producen suficiente veneno de tetrodotoxina para matar a un adulto. Conocerlos alegra a muy pocos. La tetrodotoxina "atasca" los canales de sodio en la membrana celular, y por lo tanto evita la transmisión de los impulsos nerviosos. Como resultado, la muerte proviene de la parálisis de los músculos respiratorios. La dosis semiletal del veneno es muy pequeña y para los ratones, con inyecciones subcutáneas, es de ocho microgramos por kilogramo.

Hapalochlaena lunulata
EugeneLimPhotography.com / flickr

 

 

Leiurus quinquestriatus
Alastair Rae / flickr

 

El escorpión amarillo (Leiurus quinquestriatus) vive en desiertos en el norte de África, Arabia y Oriente Medio. Por la noche, caza gusanos, milpiés y otros invertebrados, paralizándolos con una mezcla de neurotoxinas. Su veneno es lo suficientemente fuerte como para matar a un hombre, aunque hay fans de animales exóticos que tienen a los escorpiones amarillos como mascotas.

Leiurus quinquestriatus
TATO@work / flickr

 

Oxyuranus microlepidotus
Fleshpiston / flickr

 

El taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus) vive exclusivamente en zonas del interior de Australia. Según varias estimaciones, es una de las serpientes más venenosas o la más venenosas del planeta. Ella tiene un veneno muy poderoso: la dosis semiletal es de 25 microgramos por kilogramo (probado en ratones). Afortunadamente, el taipán del interior no es agresivo y muerde a las personas solo con fines de autodefensa. Por ello, hay menos muertes a causa de estas serpientes que por las otras (por ejemplo, el menos tóxico pero mucho más agresivo taipán de la costa).

Oxyuranus microlepidotus
Mike Prince / flickr

 

Phoneutria nigriventer
Wikimedia Commons

Las arañas errantes del banano (Phoneutria nigriventer) fueron llamadas así porque vagan por la selva por la noche, y no se sientan en un lugar. Durante el día pasan en un refugio, incluso cerca de la vivienda humana. El veneno de estas arañas tiene un fuerte efecto neurotóxico. La dosis semiletal para ratones es de 134 microgramos por kilogramo subcutáneamente. Una gran dosis de veneno causa parálisis muscular, incluyendo la respiratoria, y muerte por asfixia. En los hombres, el envenenamiento por toxinas puede causar priapismo (una erección dolorosa prolongada). P.nigriventer no ataca a la gente primero, pero el problema es que estos animales no siempre se notan. A las arañas errantes las encuentran periódicamente en cajas con plátanos para la exportación.

Phoneutria nigriventer
João P. Burini / flickr

Chironex fleckeri
Digi_shot / flickr

Los representantes del género Chironex fleckeri de la clase de cubomedusa, viven en aguas tropicales de la costa norte de Australia y en las islas de Indonesia. Su cúpula en forma de cubo alcanza un diámetro de 35 centímetros. En la cúpula están pegadas cuatro haces de tentáculos, que se pueden estirar hasta una longitud de tres metros. Están cubiertos con células de aguijón que contienen veneno mortal, con el que cazan crustáceos y peces pequeños. Provoca hiperpotasemia severa (aumento del contenido de iones de potasio en la sangre), lo que provoca insuficiencia vascular aguda y muerte. La "mordedura" de la cubomedusa es muy dolorosa.

Chironex fleckeri
of_guido / flickr

 

Takifugu rubripes
Wikimedia Commons

 El pez globo tigre (Takifugu rubripes), a pesar de su veneno, se considera una delicatessen en Japón. De este y otros peces de la familia de los takifugu se preparan platos diferentes que causan una parálisis pasajera y una leve euforia. En el hígado y los ovarios del pez hay una gran cantidad de veneno de tetrodotoxina, en la carne la cantidad es menor. Y si se roza los órganos venenosos durante la preparación del pescado, se puede envenenar a sus fanáticos, que solo querían hacerle cosquillas a sus nervios.

Takifugu rubripes 
Wikimedia Commons

 

Hooded Pitohui
Nigel Voaden / flickr

 

El pitohuí con capucha (Pitohui dichrous) habita la isla de Nueva Guinea. Esta es una de las pocas aves venenosas conocida: su piel y plumas contienen batracotoxina -una potente neurotoxina para la que no existe un antídoto-. La misma sustancia cubre la piel de algunas ranas arbóreas, lo que las convierte en una de las criaturas más venenosas del planeta. Pero, a diferencia de los anfibios, el pithohuí no es tan venenoso: tocar este ave no es mortal para los seres humanos. El ave no produce batracotoxina por sí misma, sino que, presumiblemente, come algunos insectos venenosos (no se sabe todavía cuales).

Hooded Pitohui
Francisco Piedrahita / flickr

 

Taricha rivularis
jmaughn / flickr

El tritón de vientre rojo (Taricha rivularis) produce tetrodotoxina exclusivamente para su protección. Sus glándulas de la piel producen veneno suficiente para matar a una persona adulta.

Taricha rivularis

jjmaughn / flickr

 

Ekaterina Rusakova

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