La Sexta Extinción: el silencio de los insectos

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Científicos australianos descubrieron que la biomasa total de los insectos se reduce anualmente en un 2.5 %. De acuerdo con la investigación publicada en Biological Conservation, el 41% de estas especies irán disminuyendo gradualmente a una tasa del 1% extra año tras año.

En los últimos años, se comenzó a prestar especial atención a la dinámica de los números de invertebrados, en particular, a los insectos. Los especialistas, luego de observar durante 27 años las zonas naturales protegidas de Alemania, descubrieron que la cantidad de insectos disminuyó un 76%. Y en los trópicos de Puerto Rico, ésto sucedió entre un 78 y 98% en los pasados 36 años.

La caída en el número de insectos conlleva la extinción de las aves, anfibios y pequeños reptiles que se alimentan de ellos.

Para comprender mejor este hostil panorama, los ambientalistas australianos Francisco Sánchez-Bayo de la Universidad de Sydney y Chris Wikhays de la Universidad de Queensland realizaron un meta-análisis de los artículos pertinentes de los últimos 40 años. Los científicos consideraron representantes (familia o unidad) presentes en toda el área del país y en varios otros. También seleccionaron aquellos trabajos llevados a cabo durante más de 10 años en áreas más pequeñas. En total, se evaluaron 73 estudios.

La clase más débil

El resultado fue abrumador: el 41% de las especies de insectos está disminuyendo. Esta cifra duplica al 22% de número de especies de vertebrados en extinción. Y por si eso fuera poco, cada año se le suma a ésta estadística un 1% de las especies, con lo que la biomasa total de insectos cae un 2.5%. La clase insecta se reduce incluso más vertiginosamente que las aves o las plantas.

Al mismo tiempo, representantes de algunas familias y grupos mueren a una velocidad superior a la media. Por ejemplo, en el Mediterráneo, más del 60% de las especies de escarabajos (Geotrupidae); y en Europa, el 71% de las especies de lepidópteros (Lepidóptera - mariposas, polillas y lunares). Este último cuenta con un declive del 53%. Pero el más rápido es el número de insectos del orden de las caddisflies (Trichoptera): 68% de las especies comprometidas.

A su vez, los científicos señalan que la imagen está incompleta: el resultado refleja lo que sucede en Europa y los Estados Unidos, faltando el análisis correspondiente a los insectos de las franjas tropicales.


 

Reducción de especies de insectos terrestres (por familia o por orden). En azul, disminución en la abundancia de menos del 30%; En naranja, disminución en la abundancia de más del 50%, en amarillo, especies amenazadas con una disminución mínima del 75%; el gris indica especies extintas.
Francisco Sánchez-Bayo, Kris AG Wyckhuysb / Conservación biológica, 2019

Lo más alarmante es que no sólo están disminuyendo el número de especies estrechamente “locales” (presentes en un nicho ecológico determinado o dependientes de una flora en particular), sino también especies de alcance regional.

Si bien innumerables especies en peligro son reemplazadas por otras capaces de sobrevivir en diferentes ambientes físicos o son menos sensibles a la contaminación, no está claro cómo afectará este intercambio al conjunto ecosistémico.

Casi la mitad de los estudios analizados (49.7%) responsabilizan a la alteración o desaparición del hábitat como la causa principal de la inminente extinción. Los siguientes factores más determinantes son: la contaminación; los pesticidas e insecticidas (mencionado en el 28.5% de los estudios); las causas biológicas (enfermedades, parásitos) o las especies invasoras (17.6% de los estudios); y el cambio climático (6.9% los estudios).

Después de ellos, seguimos nosotros

Los autores llegan a una conclusión preocupante: si no se modifican los métodos de producción de alimentos, casi todos los insectos pueden desaparecer en las próximas décadas. Por consiguiente, el número de mamíferos y aves también sufrirán devastadoras consecuencias.

Anteriormente, los biólogos estimaron que para restaurar la diversidad biológica de los mamíferos de acuerdo a su actual tasa de extinción, se necesitarán entre 3 y 5 millones de años. Incluso, deteniendo la extinción mammalia en este preciso momento, llevará unos 500 mil años alcanzar las condiciones originales.

La gran sexta extinción de nuestro planeta ya está en marcha desde hace unos 12 mil años. Durante la última década se han publicado diversas investigaciones al respecto. La pregunta es si el ser humano podrá detenerla. El tiempo no es el único tirano.


Sofia Dottori
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.

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