Cuarta revolución versus pandemia

Un repaso por las tecnologías de la cuarta revolución industrial usadas para combatir la COVID-19

En 1982 se estrenó Blade Runner, una película futurista de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott. El filme se desarrolla en el año 2019, una época en que la humanidad ha logrado un desarrollo tecnológico tan avanzado que no solo es posible viajar en autos voladores y hablar de colonias espaciales, sino que existen androides producidos con biotecnologías llamados “replicadores”.

Aunque el 2019 ya pasó, nos trajo consigo novedades, como el Uber Air y avances en producción de órganos artificiales, que siguieron abriéndonos las puertas hacia una Cuarta Revolución Industrial. Si bien todavía estamos lejos de poder crear androides como en Blade Runner, en plena pandemia nuestros avances en robótica y otras áreas han demostrado ser de bastante ayuda.

 

Robots médicos

En China, país donde se desató la pandemia, las autoridades del Hospital Popular Provincial de Guangdong desplegaron dos robots para el envío de alimentos, medicinas y ropas a pacientes en áreas de cuarentena. Los robots, llamados Pingping y An’an, poseen tecnología de conducción no tripulada y pueden abrir y cerrar puertas, manejar el ascensor, evitar obstáculos en el camino, leer mapas y revisar el entorno para planificar las rutas más convenientes para distribuir el material con que cargan. Una curiosidad adicional es que ambos pueden desinfectar y purificar su interior y exterior por sí mismos.

Mitra es un robot desarrollado por la startup india Invento. Durante estos meses se han usado como primer mecanismo de detección de COVID-19 en pacientes sospechosos de estar infectados en el hospital de Bangalore. Los robots tienen una tablet en el pecho para comunicar al paciente con el doctor y evitar la proximidad, así como están equipados con una cámara térmica para medir la temperatura del paciente.

En abril, el Hospital Circolo de Varese en Italia desplegó 6 robots enfermeros para asistir al equipo sanitario en el cuidado de pacientes con coronavirus. Estos robots modelo Sanbot Elf han sido fabricados por la empresa italiana Omnitech, tienen el tamaño de un niño pequeño y están equipados con una pantalla táctil que permite al paciente comunicarse con los médicos de manera remota. También cuentan con un sistema de inteligencia artificial que facilita la internación con el usuario, además de monitorear el equipo médico y transmitir la información del paciente al doctor encargado en tiempo real. 

La compañía china CloudMinds Technology donó un equipo de robots médicos a los hospitales de Wuhan y de Shangai durante la pandemia. Esta empresa está especializada en la producción de robots de última generación conectados a computación en la nube mediante conectividad de cuarta y quinta generación (5G). Los modelos que más ayuda han prestado durante esta pandemia han sido los robots humanoides XR-1 Cloud Gingery, el popular Cloud Pepper. Ambos han servido de robots delivery, de atención y compañía para los pacientes.

En Tailandia la robótica también jugó un importante papel. Originalmente diseñados para cuidar a las víctimas de accidentes cerebrovasculares, los robots Ninja de la Universidad de Chulalongkorn son usados en cuatro hospitales de la ciudad de Bangkok y sus alrededores. Estas unidades son capaces de detectar la temperatura y supervisar los síntomas de los pacientes, así como sirven de medio para contactar al personal médico por video conferencia.

En Túnez, el gobierno ha incluido el uso de robots dentro de sus estrategias para lidiar con las consecuencias de la pandemia. Provistos por la startup Enova Robotics de origen local, el Ministerio del Interior ha adquirido los vehículos PGuard para que los policías puedan interceptar a quienes incumplan la cuarentena. Esta compañía también ha suministrado los robots de asistencia médica Veasense, los cuales constan de una pantalla conectada a una base con ruedas y proveen asistencia tele-vigilada, monitoreo continuo y presencia médica remota a los pacientes.

 

Robots de desinfección

En Argentina, la compañía EXO puso a disposición sus modelos de desinfección de ambientes la Unidad Germicida EXO Andes UV-72 y el UVR-bot. El primero irradia luz ultravioleta germicida para desinfectar habitaciones de 10 metros cuadrados en aproximadamente 15 minutos, posee batería y detección de movimiento para facilitar sus labores. El segundo es un robot que utiliza sensores lásers de escaneo 3D y reconocimiento visual para registrar el ambiente que desinfectará. Luego, con las características del ambiente y el mapa tridimensional, el robot seleccionará el mejor plan de desinfección y dosificará la cantidad de emisión UV necesaria. Demora como máximo 20 minutos en cumplir su labor.

Otra compañía que ha prestado auxilio con sus innovaciones para la desinfección de ambientes ha sido UVD Robots Infection Prevention de la firma Blue Ocean Robotics con base en Dinamarca. Sus modelos emplean luz ultravioleta (UV-C) para destruir patógenos de una superficie en un tiempo promedio de 10 minutos. Estos equipos han sido desplegados en más de 40 países, incluida China, país en donde más de 2000 hospitales se han beneficiado de sus servicios.

En Ecuador, España, México y Portugal, entre otros países, la compañía norteamericana XENEX ha comercializado diversos robots de desinfección de ambientes durante estos meses. Su más reciente modelo es el X5 LightStrike Robot. Este modelo emite luz pulsada de Xenón con un rango de 5 a 7 metros, puede desinfectar un ambiente en 20 minutos, tiene un sensor de movimiento para garantizar mayor seguridad y está conectado a internet.

 

Drones

Las autoridades policiales de Westport en Connecticut han empleando drones de la empresa Dragan Fly como herramientas para garantizar el distanciamiento social y detectar síntomas de COVID-19 en las personas. El llamado drone pandémico está equipado con sensores especializados y visión computacional para detectar la presencia de síntomas entre las personas y medir distancias.

En España, las empresas Stock RC y DroneTools han proveído drones a la Unidad Militar de Emergencias para la desinfección aérea de espacios abiertos. Los modelos son Agras-MG1 y Drone Hexa XL cada cual logra desinfectar entre media y una hectárea respectivamente sin tener que recargar sus baterías.

 

Impresión 3D

Dentro de la industria de la impresión 3D existe una comunidad que reúne empresas productoras, proveedoras y diseñadoras de todos los países del mundo. El resultado ha sido la alineación de esfuerzos para la producción de piezas clave para equipos médicos tales como válvulas y ventiladores (CECIMO y Issinova), hisopos nasales para pruebas (Formlabs), equipos de protección personal, como mascarillas, lentes de seguridad y protectores faciales, además de otros ítems para facilitar la vida en cuarentena, como perillas de puertas que no requieren de la mano sino del antebrazos para usarse. Incluso el acceso libre a diseños y programas para

 

Pese al esfuerzo, existen ciertos frenos para la iniciativa. Entre estos destacan los mencionados por la empresa europea CECIMO, y son:la necesidad de que los productores de la industria de impresión 3D tengan acceso temporal a patentes de equipos esenciales sin necesidad del consentimiento del propietario, que la fabricación por adición sea incluida entre las actividades esenciales para que en la cuarentena puedan seguir funcionando y garantizar el flujo de piezas y hardware de la industria en el mercado, entre otros.

Además, las piezas impresas requieren seguir especificaciones concretas para evitar que, contrario a su intención, terminen perjudicando a los pacientes, como podría ocurrir con los hisopos nasales. También es importante que atraviesen un control de calidad riguroso y que posean las autorizaciones respectivas de parte de instituciones y organizaciones médicas oficiales.

 

Inteligencia Artificial

Otra de las tecnologías que se han sumado a la causa son los programas de inteligencia artificial, machine learning y deep learning y las supercomputadoras.

Microsoft, el MIT, la Universidad de California, de Chicago, Princeton y otras organizaciones han formado el consorcio C3.ai Digital Tranformation Institute. El objetivo de esta macro-organización es la de reunir científicos y expertos y poner a su disposición los últimos avances en machine learning, internet de las cosas, modelos matemáticos y estadísticos para diseñar herramientas y estrategias con las que transformar digitalmente la sociedad. Actualmente, sus esfuerzos se centran en el uso de machine learning para estudiar la diseminación del COVID-19, estudiar el genoma del SARS-CoV-2, diseñar tratamientos y protocolos médicos.

 

Supercomputadoras

El Consorcio COVID-19 High Performance Computing es un proyecto encabezado por la Oficina de Políticas de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca en el que trabajan instituciones públicas y privadas de los Estados Unidos  para ofrecer los mejores recursos computacionales a investigadores voluntarios  y académicos en la ayuda contra el COVID-19. Está integrado por la IBM, Amazon, la compañía Dell, Microsoft, Google, AMD, NVIDIA, Intel, el MIT, diferentes universidades, los laboratorios nacionales de Argonne, Lawrence Livermore, Oak Ridge, la NASA y muchas otras. Básicamente, el consorcio pone a disposición de los interesados un grupo de supercomputadoras con una capacidad en conjunto de 330 petaflops. 

Tal cual ha recalcado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la inteligencia artificial es una herramienta tecnológica con gran potencial para combatir el COVID-19. Con estos sistemas informáticos los gobiernos podrán tomar decisiones más efectivas y reducir el impacto negativo de la pandemia. El potencial de la AI destaca en la rapidez que brinda a las investigaciones, la capacidad de predecir la infección, controlar el contagio en tiempo real, analizar la evolución del virus, diagnosticar pacientes con imágenes, atender el flujo de elementos a través de drones y hallar nuevos tratamientos y fármacos. 

A pesar de las dificultades de la situación mundial y aunque no hallamos cumplido las expectativas que décadas atrás se tuvo para los inicios de siglo XXI, son muchas las tecnologías disruptivas que han mostrado parte de su potencial durante estos trágicos meses. Gran cantidad de países ha optado por aplicaciones de rastreo para contener el contagio, así como diversos laboratorios y centros de investigación han apostado por nuevas estrategias que usan ingeniería genética para frenar al coronavirus. Los robots y tecnologías como la impresión 3D definitivamente no podían quedarse sin espacio.

 

 

Piero Gayozzo 

Piero es Colaborador Especializado del Club NN, la comunidad de NewNormal.lat. Fundó y actualmente es Sub-Director del Instituto de Extrapolítica y Transhumanismo (IET). Escribe sobre la Cuarta Revolución Industrial para el IET y es investigador autodidacta de filosofía de la ciencia y de la tecnología. Llevó estudios de ingeniería industrial en la Universidad de Lima. 

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