Las parejas homosexuales caen en estereotipos machistas

Un estudio sin precedentes que fue presentado en la reunión anual de la Asociación Sociológica Americana demostró que la mayoría de estadounidenses aun cree que las mujeres deben ser las encargadas de la limpieza, la cocina, las compras de abarrotes y la crianza de niños. Esto, aun así tengan un trabajo de tiempo completo o ganen más que su pareja. El mismo patrón de estereotipos se replicó en las relaciones homosexuales, donde los descritos por el estudio como “más femeninos” fueron mayoritariamente asignados este tipo de tareas domésticas.
Los investigadores de la Universidad de Indiana y la Universidad de Maryland observaron los efectos de los ingresos y géneros en la división de las tareas entre parejas casadas. Su objetivo fue descubrir quién se ocupaba más de las tareas de la casa, y qué rol jugaban los estereotipos de género en aquella decisión.
Se estudió a 1025 personas. Para ello, trabajaron con la firma encuestadora Gfk, que mantiene una lista representativa de encuestados a nivel nacional en los EE.UU. A los encuestados se les pidió leer diferentes viñetas con descripciones de un hogar de casados.
En las viñetas se presentó a parejas comunes, en las que el hombre podía ganar más, menos o igual cantidad de dinero que la mujer y sus actividades de ocio, como salir a hacer deportes o ver una película. También se incluyeron en la viñeta parejas del mismo sexo donde se describía a una de ellas como la “más masculina” o la “más femenina” para juzgar qué tanto el estereotipo de género influye en la relación.
Tras mostrar las viñetas, se preguntó a los participantes sobre quién debería ser responsable de las labores de la casa: cocinar, lavar los platos, limpiar, hacer el mercado, la lavandería, labores fuera de la casa, reparar el auto o manejar las finanzas de casa. Asimismo, se preguntó por el cuidado de los niños, incluyendo los aspectos emocionales, físicos, de disciplina, y de presencia parental.
El resultado fue sorprendente. El hecho de ganar menos dinero o pasar menos tiempo en el trabajo no fue el factor determinante para que los estudiados atribuyan más labores caseras a uno de los miembros del hogar. En realidad, el género fue el factor más importante a la hora de asignar labores: el salario no hacía mayor diferencia.
Casi el 75% de encuestados pensó que las mujeres en parejas heterosexuales deberían ser responsables de hacer las labores de casa, e incluso de las finanzas caseras. Por otro lado, el 90% de los encuestados pensó que los hombres deberían hacer las tareas fuera de la casa, como el mantenimiento o reparaciones del auto. Esto último, normalmente demanda mucho menos tiempo que lo primero.
En cuanto a la crianza, un 82% dijo que la mujer debería ser responsable de las necesidades fisiológicas de los niños, 72% creyó que deberían velar por el tema afectivo, y un 62% creyó que deberían ser quienes se queden en casa para la crianza. En tanto, solo un 55% a los hombres solo se les atribuyó el deber de disciplinar a los hijos.
Los estereotipos de las labores hogareñas prevalecen, dijeron los autores del estudio. El ingreso no tuvo efecto en la cantidad de tareas asignadas a los hombres heterosexuales. Aun cuando el hombre hace menos dinero, las expectativas sobre el trabajo que deberían hacer no cambian. Naturalmente, esto crea un doble stándard.
Según los científicios, “las mujeres son penalizadas con más labores en casa si es que ganan menos; pero los estadounidenses no penalizan a los hombres en ese sentido cuando ganan menos”. Por otro lado, el hecho de que las mujeres ganen más no las exime de tomar el grueso de las labores hogareñas.
La conclusión es que: en los Estados Unidos, las labores domésticas de la casa aún son consideradas “trabajo de las mujeres”, no importando cuánto gane o trabaje fuera.
En el caso de las parejas homosexuales la constante se mantuvo para quienes tenían roles “más masculinos” y “femeninos”. Los primeros eran asignados labores más típicamente masculinas, y así sucesivamente con aquellos que tenían actitudes más ‘femeninas’.
“Nos sorprendió cómo parejas gay tomaron la norma de los heterosexuales y racionalizaron de manera similar”, indicó Natasha Quadlin, coautora del estudio en una nota de prensa.
“Tenemos políticas en base a la igualdad de género, pero no necesariamente harán la diferencia si la gente no cambia estas actitudes estereotipadas”, agrega.
El tema del doble trabajo (el trabajo externo y el casero) no solo es cuestión de igualdad. Es también un tema de salud. Investigaciones demostraron que las mujeres que trabajan a tiempo completo tienen más riesgo de ataques al corazón, cáncer, artritis y diabetes que los hombres que hacen lo mismo.
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