El androide que la NASA creó para probar trajes espaciales

Antes de enviar hombres a la luna, la NASA casi pone a un robot humanoide a probar los prototipos de trajes de sus astronautas. El androide hidráulico de la foto podría haber funcionado bien si no hubiese sido por su defecto de derramar petróleo al ser empleado.

Cincuenta años después, uno de estos maniquíes robóticos será vendido entre las “100 rarezas destacadas” ofrecidas por la web RR Auction. La subasta empezará el 15 de setiembre y culminará el 26 del mismo mes. El otro se encuentra en exhibición en el Museo Nacional del Aire y el Espacio de la Institución Smithsoniana.

El proyecto del ‘maniquí articulado a motor’ duró entre 1963 y 1965. Producido por el Instituto de Investigación en Chicago, el robot podía simular 35 movimientos humanos. Fue equipado con sensores en cada articulación para medir fuerza impuesta en el cuerpo humano por la ropa espacial presurizada.

“Los movimientos que podía hacer eran impresionantes”, dijo a Smithsonian Joe Kosmo, un ingeniero de la NASA retirado.

Pese a que una persona podría colocarse un traje espacial y describir cómo se siente, el maniquí articulado fue diseñado para proveer información cuantitativa para un enfoque más científico que permitiese refinar el diseño.

Ello, si no destruía al traje en el intento. El robot era activado por accionadores hidráulicos que funcionaban con petróleo que fluía a través de un sistema circulatorio de nylon. El diseño le permitía mover las caderas, levantar y bajar los brazos, encogerse de hombros, apretar los puños y hasta dar la mano. Pero nada de esto podía evitar que derrame combustible al moverse.  

“Chorrear petróleo contaminaría el traje; no queríamos arruinarlo”, dijo Kosmo, quien sabía que se trataba de un traje único en su tipo. Ni colocando al robot dentro de un traje de buceo el problema fue resuelto.  Por ello, la NASA abandonó el proyecto.

Entonces pesaba 104 kilogramos, podía ser ajustable entre 1,65 a 1,87, para representar al hombre estadounidense promedio de la época. Su exterior fue cubierto con una piel de aluminio y su cabeza cubierta de fibra de vidrio. Su casa podía ser ‘removida’ para acceder a conexiones interiores.

Al de la subasta le falta un brazo y mano; tiene raspones y abolladuras; y su cableado está dañado, de acuerdo a RR Auction. Pese a todo, vale más de US$80.000.

Otras cosas interesantes en la subasta son: el fragmento de un panel exterior de la nave Mercurio 1 (del primer programa espacial estadounidense), y un libro de visitas de Richard Nixon firmado por Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins (los tripulantes de la mítica Apollo 13).

Daniel Meza

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