Es oficial: los neandertales hacían sus propias joyas

Un estudio halló, gracias a un método basado en proteínas antiguas para identificar y fechar huesos, que existe una conexión contundente entre el hombre de Neandertal y unos restos ornamentales hallados en una cueva en Francia. El trabajo fue publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.

Un debate que duró décadas se armó alrededor del hallazgo de collares de dientes de animales, conchas y marfil no mayores a un centímetro de largo en una cueva en Grotte du Renne, en Arcy-sur-Cure en Francia. Algunos arqueólogos atribuyeron los artefactos a la cultura Châtelperronian – neandertales. Otros, sin embargo, argumentaron que el hombre arcaico eran incapaz de este tipo de expresiones simbólicas e insistieron en que fueron creadas por humanos modernos.

Desenterrados entre 1949 y 1963, estos polémicos artefactos fueron hechos durante un tiempo de transición, cuando los humanos modernos barrían con Europa y los neandertales –que vivieron allí por cientos de miles de años- se estaban extinguiendo. Aunque fueron hallados en las mismas capas fósiles de los neandertales, muchos investigadores –como Thomas Higham de Oxford en el 2010- creían que artefactos y huesos de distintas capas se mezclaron.

Matthew Collins, bioarqueólogo de la Universidad de York, Reino Unido, y pionero en el estudio de proteínas antiguas, decidió probar el nuevo método en algunos huesos sin identificar asociados con los artefactos culturales de Grotte du Renne. Los fragmentos eran tan pequeños que no se podían determinar de qué especie venían. El ADN, que se usa cada vez más para identificar fósiles, era escaso. Entonces, Collins y colegas se mudaron a las proteínas. Por primera vez, los investigadores fecharon huesos neandertales de aquella cueva.

Los resultados arrojados determinaron con claridad que se trataba de unos huesos humanos, pero aún no se sabía si se trataba de uno arcaico o uno moderno. Para responder a esta pregunta, el equipo de Collins comparó el colágeno en los fragmentos óseos con el colágeno producido por humanos modernos y arcaicos. El colágeno en hombres modernos contiene altas cantidades de un aminoácido llamado ácido aspártico, mientras que el neandertal incluye uno distinto, la asparagina. Para corroborar, analizaron fragmentos de ADN mitocondriales. El resultado fue que los huesos venían de ascendencia neandertales por parte de la madre.


El hombre de Neandertal.

“Hace 10 años estos huesos no servían; ahora son un valioso récord molecular”, dijo Collins. Las muestras, gracias al radiocarbono, venían de 42.000 años atrás –cuando las herramientas Châtelperronian, tiempo en que estas herramientas fueron diseñadas.

Según Jean Jacques Hublin, paleantropólogo del Instituto de Antropología Evolucionaria Max Planck en Alemania, la explicación más simple es que estos objetos fueron parcialmente ensamblados por los hombres de Neandertal. Hublin cree que los humanos arcaicos podrían haberse inspirado en lo que hacían sus parientes modernos, pero autores de las muestras son los primeros.

Según Ross Macphee, paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, quien trabajó con proteínas antiguas en otros estudios, la reciente conclusión marca una época en el campo de la paleoprotómica, mientras que otros dicen esto desvela el lado inteligente y simbólico de los neandertales.

El hombre de Neandertal u Homo neanderthalensis vivió en Europa y parte de Asia desde hace 230.000 hasta 28.000 años atrás, cuando se extinguió. Los análisis de sus restos en Châtelperron, en Francia, podrían indicar que convivió con el hombre de Cromañón, primeros hombres modernos en Europa.

Daniel Meza

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