El poder hidroeléctrico no era tan limpio como se creía

Una investigación internacional confirmó que un volumen importante de gases de efecto invernadero vienen de una de las fuentes menos esperadas: las grandes represas hechas por el hombre, creadas para generar electricidad, para la irrigación, entre otras necesidades.

El trabajo, hecho por 10 autores de universidades e instituciones de Estados Unidos, Canadá, China, Brasil, y Holanda, sintetiza una gran cantidad de investigaciones previas para concluir que estos reservorios emiten anualmente unas silenciosas mil millones de toneladas de equivalentes del dióxido de carbono. Esto significaría que contribuyeron un sorprendente 1.3% del total de gases de efecto invernadero (y casi nadie se da cuenta).

La información llega casi al mismo tiempo en que científicos anunciaron que la Tierra cruzó un umbral “sin retorno” en la cantidad de emisiones de carbono en la atmósfera -400 partes por millón.

Por si fuera poco, las emisiones vienen mayormente en forma de metano, un gas que si bien vive poco en la atmósfera, tiene un efecto de calor muy fuerte en el corto plazo.  Pese a que estamos bajando las emisiones de carbono, dicen los científicos al Washington Post, aun no podemos neutralizar al metano –que viene también de fuentes desde la extracción de petróleo hasta los residuos de ganado.

Se concluye en el nuevo trabajo que el metano es el 79% de los equivalentes de CO2 emitidos por las represas, mientras que otros dos gases de efecto invernadero como el CO2 y el óxido de nitrógeno N2O, representan el 17% y 4%.

El trabajo halló que las emisiones de metano por área de represa era hasta 25% más alto de lo que se pensaba antes, algo significativo tomando en cuenta el boom de construcción de estos reservorios en el mundo. El trabajo incluye 267 reservorios de todo el mundo y de múltiples finalidades; representan un total de casi 80.000 metros cuadrados.

Las presas son un ejemplo de una alteración humana del paisaje con efectos inesperados. Estas inundaciones generan nuevos procesos químicos en los que microorganismos descomponen materia orgánica –muchas veces en ausencia de oxígeno–, un proceso que crea metano como subproducto. Esto se debe a que las inundaciones se hacen sobre vida orgánica (vegetación).

Otros nutrientes como nitrógeno y fósforo proveniente de los cultivos o deshechos pueden generar al crecimiento de algas, generando más material para descomponer, y a su vez, más metano. El oxígeno lo convertiría en CO2, pero en su ausencia, este volverá a la atmósfera como metano. El daño es comparable al de los arrozales.

El hallazgo siembra dudas sobre la limpieza del poder hidroeléctrico. Bridget Deemer, principal autora del estudio e investigadora de la Universidad de Washington advierte que su investigación no está en contra de los reservorios, pero dice que los datos deben ser tomados en cuenta para evaluar estos proyectos.

En el 2000, un estudio en BioScience reconoció que las represas en ciertas condiciones emitían gas metano. Lo nuevo de este trabajo es la cantidad de reservorios analizados en todo el mundo.

Daniel Meza

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