Los simios pueden saber cuándo alguien tiene una creencia falsa

Un estudio conjunto de la Universidad de Duke y la Universidad de Kyoto indica que tres especies de grandes simios —chimpancés, bonobos y orangutanes— pueden saber cuándo alguien alberga una creencia falsa. La investigación fue publicada esta semana por la revista Science.

Generalmente, no es difícil advertir cuando una persona emite una opinión o tiene una percepción que no concuerda con la realidad. Esta habilidad nos permite reconocer los deseos, intenciones y apreciaciones de quienes nos rodean y constituye una importante habilidad cognitiva. Hasta ahora, se creía que únicamente los humanos gozaban de la habilidad de atribuir una “creencia falsa” a otro individuo, que entra a tallar al engañar, empatizar, enseñar y hasta en el desarrollo del lenguaje.

El estudio sugiere que esta habilidad podría hallarse incluso en el último ancestro en común entre simios y humanos.

Las investigaciones sobre la cognición animal, hasta el momento, habían arrojado resultados positivos al hallar que no solo los simios sino otros animales eran capaces de engañar, reconocer las motivaciones de los otros, recordar quiénes son buenos compañeros e incluso saber qué puede ver otro ser y qué no. Sin embargo, la habilidad de reconocer falsas creencias no había sido registrada en primates.

Para probarlo, la investigación se basó en una tecnología que rastrea el movimiento ocular de los simios, empleada en los especímenes mientras miraban una especie de telenovela. “Como a muchos de nosotros, a los grandes simios les encanta un buen drama”, señala Christopher Krupenye, antropólogo evolutivo de Duke que co-lideró el estudio con Fumihiro Kano, de la Universidad de Kyoto.

El video mostrado a los sujetos de estudio constaba de una escena en que un humano, disfrazado como un simio, le roba una piedra a un hombre y, delante de él, la esconde en una de dos cajas. Cuando el hombre se retira de escena, el supuesto simio cambia de caja a la piedra y, por último, cambia de parecer, la saca de la caja y se la lleva, fuera de escena. La escena sigue cuando el hombre regresa en busca del objeto perdido. La mayoría podría creer que el hombre buscaría en primer lugar en la caja donde incialmente el primate depositó la piedra, pues fue lo último que vio de ella.

Para saber si los simios tendrían la misma predicción, 14 chimpancés, nueve bonobos y siete orangutanes fueron monitoreados con el rastreo ocular mientras veían la escena. Cuando el hombre volvía a entrar a la misma, 22 de los 30 animales miraron directamente a las cajas, mientras que 17 de ellos fijaron la vista en la primera que sirvió de escondite. Estos sujetos adivinaron el primer lugar en que el hombre buscaría su piedra, a pesar de saber que el objeto ya no estaba ahí. De acuerdo con Science, los resultados fueron similares cuando a los simios se les presentó otra escena parecida.

A diferencia de estudios previos en la misma línea, esta investigación no implicó la provisión de comida. Esto último podría provocar una evaluación irregular debido a que el autocontrol de los animales corre peligro.

Victoria Southgate, psicóloga del desarrollo de la Universidad de Londres, ayudó a crear la tecnología del rastreo ocular para evaluar originalmente a niños de dos años. Aunque no estuvo relacionada con la investigación con simios, señaló que se trató de “casi una réplica exacta del estudio que hicimos, y los simios aparentemente lo han superado”.

Krupenye asegura que su equipo tiene aún trabajo por delante para determinar su los simios entienden las creencias falsas: “Hemos demostrado que pueden predecir el comportamiento de otros, lo cual es una habilidad sofisticada [y que no había sido demostrada anteriormente]”.

La ciencia no deja de investigar sobre la inteligencia en diversas especies animales. El mes pasado, una investigación de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, y de la Universidad de Ruhr, en Alemania, halló que las palomas pueden aprender a distinguir las palabras reales de las que no lo son, a partir del procesamiento visual de las letras.

Hans Huerto

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