Aún no se conoce el paradero de la sonda Schiaparelli en Marte

Hasta el cierre de esta nota, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) no había podido contactar a la sonda Schiaparelli, que iba a pisar la superficie marciana esta mañana. El aparato, designado para explorar el territorio del planeta rojo y enviar datos sobre la posibilidad de que exista vida en él, es parte de la misión ExoMars, impulsada en conjunto con la agencia espacial rusa Roscosmos.

El rastreo de las señales de radio del robot Schiaparelli se interrumpió un minuto antes de que la sonda tocará la superficie de Marte. Los satélites enviados por la misión para orbitar el planeta no han podido contactar a la sonda, tampoco un satélite estadounidense que intentó brindar apoyo.

Aunque se teme que la sonda podría haber quedado destruida en su descenso, lo cierto es que la ESA aún no da por abierta esta posibilidad y más ha anunciado que durante la noche de hoy miércoles sus expertos analizarán la última data enviada por Schiaparelli en un intento por dilucidar qué habría ocurrido.

Paolo Ferri, jefe de operaciones de misión en el centro de control de la ESA en Darmstadt, Alemania, dijo a los reporteros: "Estoy bastante seguro de que esta telemetría nos dirá qué acción fue interrumpida cuando perdimos las comunicaciones. Yo diría que tenemos una muy buena chance de saber mañana por la mañana qué debemos hacer para recuperar el módulo de aterrizaje o si este se perdió".

No obstante, no todas son malas noticias para la misión ExoMars. La sonda Trace Gas Orbiter (TGO), orbitador robótico llamado a recolectar información sobre la actividad en la atmósfera marciana, logró acoplarse eficientemente a una órbita alrededor de Marte. El satélite TGO pasará los próximos siete años estudiando el comportamiento de gases como el metano, el vapor de agua y el dióxido de nitrógeno en el lugar. Aunque la presencia de estos materiales en la atmósfera del planeta rojo es mínima, su observación, especialmente la del metano, puede dar pistas incluso sobre la existencia de vida en Marte.

La eventual pérdida de la sonda Schiaparelli no sería la primera para la ESA, que en 2003 sufrió el fracaso de la llegada del Beagle-2 a Marte. No obstante, la llegada de Schiaparelli, según resaltan las autoridades, es vista como una prueba de fuego previa al lanzamiento de una misión que pretende enviar un rover de seis ruedas a la superficie marciana. No obstante, el presupuesto para este programa, señala la BBC, no está asegurado, por lo que la eventual pérdida del Schiaparelli supondrá que la ESA deba justificar una nueva inversión para un proyecto aún con pocos logros.

Hans Huerto

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