Trump adelanta objetivos para la NASA: enviar al hombre a Marte hacia 2035

Desde que era candidato, Donald Trump anunció que de llegar a la presidencia de los Estados Unidos, impulsaría la relación entre la NASA y las empresas privadas, a fin de aprovechar de la mejor forma los programas espaciales en la generación de ingresos y la creación de actividades productivas. Hoy, ya como presidente electo de la nación más poderosa del mundo, Trump ha dejado saber un poco más sobre sus planes para su país y su carrera por la conquista del espacio.

Los medios especializados coinciden en señalar que el nuevo norte a ser asumido por la próxima administración de la agencia espacial estadounidense tendrá dos focos primarios: la colonización de la Luna y la llegada del hombre a Marte.

Así, la relación de la NASA con compañías que han iniciado emprendimientos espaciales continuará como ha venido desarrollándose. “La NASA debe centrarse principalmente en las actividades en el espacio profundo en lugar de realizar trabajos más bien cercanos a la Tierra” según dijeron a Space News Peter Navarro y Robert S. Walker, asesores principales de la campaña Trump en temas espaciales.

En los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama, la NASA delegó las actividades en órbitas bajas al sector privado: Space X y Orbital ATK actualmente llevan a cabo misiones de cargo a la Estación Espacial Internacional de la NASA, por ejemplo; y Space X y Boeing, por otro lado, empezarían a llevar astronautas al laboratorio en órbita en uno o dos años con sus flamantes naves. Mientras que la llegada a Marte, por ejemplo, sigue siendo terreno exclusivo de la agencia espacial.

En tal sentido, Walker dijo a Forbes que las principales metas en el ámbito espacial del gobierno de Trump serían las siguientes:

-Establecer el objetivo y comenzar la implementación tecnológica de la exploración humana en nuestro sistema solar hacia fines de este siglo (a corto plazo, esperan llevar al hombre a Marte hacia el año 2035, en colaboración con empresas privadas a través de alianzas estratégicas).

-Reorientación de los presupuestos de la NASA hacia la ciencia espacial profunda (lo cual supondría un recorte en la investigación en ciencias ambientales que venía desarrollando la agencia).









-Creación de un programa agresivo para el desarrollo de la tecnología hipersónica (con la que ya se ha desarrollado un vehículo experimental aéreo no tripulado, capaz de alcanzar a 21.000 kmph cualquier punto de la Tierra en menos de una hora y transportar consigo artefactos explosivos).

-Iniciar negociaciones para asegurar la viabilidad de la Estación Espacial Internacional (ISS) más allá de 2028.

La política espacial Trump, según Walker, buscará asociaciones público-privadas y con ello que los diseños de vehículos y productos espaciales desarrollados por la NASA para un sector, pero aplicables a otro, “sean plenamente compartidos”.

Hans Huerto

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