El plasma humano rejuvenece cuerpo y mente, de acuerdo con estudio

Un reciente trabajo de la firma Alkahest —que desarrolla terapias contra el envejecimiento a partir de la sangre y sus componentes— ha revelado que el plasma sanguíneo de humanos jóvenes logra rejuvenecer la memoria, cognición y actividad física de ratones mayores. El método desarrollado para probar el hecho abre las posibilidades de implementar una terapia similar para humanos, de acuerdo con Sakura Minami, neurocientífica de la firma (cuyo nombre es el mismo de aquel legendario disolvente universal ansiado por los alquimistas).

Anteriormente Alkahest había logrado unir exitosamente los organismos de un ratón joven y el de uno viejo, haciendo con ello que sus torrentes sanguíneos se fundieran en un solo, compartido. Aquel experimento probó que el efecto del mismo no fue el mismo para cada espécimen: el roedor más joven empezó a mostrar signos de envejecimiento cerebral, mientras que el cerebro de su compañero de su compañero mayor rejuvenecía. No era la primera vez que se hacía: la técnica, llamada parabiosis heterocrónica, ya había sido ensayada a mediados de los cincuentas por Clive McCay de la Universidad Cornell, Nueva York, para probar que el cartílago del ratón viejo podía rejuvenecer al verse beneficiado con la sangre joven.  

Ahora Alkahest ha concluido, tras una serie de estudios, que no es toda la sangre la clave al rejuvenecimiento: es el plasma sanguíneo, la parte líquida del fluido vital, la que rejuvenece aspectos ya mencionados e incluso órganos como el hígado, el corazón y los músculos.

Más aún, la firma ha experimentado con sangre de humanos de 18 años, para saber si esta puede llegar a tener los mismos efectos en los ratones. La sustancia le fue inyectada a roedores de un año de edad. Esta especie, cuya esperanza de vida asciende normalmente a los dos años, ya empieza a mostrar signos de envejecimiento al año, como movimientos más lentos y fallas en la memoria.





Tras recibir dos dosis de plasma humano semanales durante tres semanas, el desempeño de los ratones examinados fue comparado con el de especímenes de tres meses y con el de otros roedores de la misma edad que no recibieron el tratamiento.

El análisis halló que el plasma sí tuvo efectos rejuvenecedores: los ratones viejos demostraron un desplazamiento en espacios abiertos similar al de otros más jóvenes; sus memorias, además, se vieron mejoradas, lo cual probaron al recordar mejor un laberinto en comparación con otros ratones viejos no tratados. Principalmente, la cognición —y con ella, la memoria— es en gran medida beneficiada por la sustancia, de acuerdo a las conclusiones de Minami, presentadas esta semana en el encuentro anual de la Society for Neuroscience en California, EE.UU.

Ello se evidenció aún más cuando los cerebros de los ratones viejos —tratados y no tratados— fueron examinados. Los que recibieron plasma mostraron que había venido desarrollando nuevas neuronas en el hipocampo, un proceso conocido como neurogénesis adulta, trascendental para el aprendizaje y la preservación de la memoria (el descenso en la neurogénesis ha sido relacionado además con el Alzheimer y la demencia). De ahí que Alkahest ya haya iniciado pruebas con plasma joven en pacientes con Alzheimer.

La naturaleza siempre había dado pistas sobre los beneficios de la sangre y el plasma en ella. Y los murciélagos vampiro son quizás los principales voceros de ello. Esta especie, que en su estado natural se alimenta de la sangre que le chupa a los animales que encuentra en las cercanías a su hábitat, logra vivir hasta los 9 años, más allá de los dos años promedio de roedores de su mismo tamaño.

Hans Huerto

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