Los cerdos pueden ser optimistas o pesimistas, según estudio

Investigadores británicos demostraron —en un estudio publicado en Biology Letters— que los cerdos domésticos pueden ser optimistas o pesimistas.

En los humanos, la personalidad y circunstancias determinan cómo reacciona alguien frente a una situación incierta. Si eres alguien optimista, se incrementan las posibilidades de que respondas positivamente sin importar las circunstancias que te rodean. Si eres pesimista, en cambio, es muy probable que respondas de acuerdo influenciado por dichas circunstancias. Resulta que los cerdos también tienen esta personalidad y tomas de decisiones dependientes del contexto que los rodea.

Para identificar qué tan optimista o pesimistamente respondían los cerdos a ciertas situaciones, los investigadores criaron 27 cerdos en jaulas espaciosas con abundante paja o pequeñas áreas con poca paja. Luego, clasificaron la personalidad de los animales basados en las reacciones a situaciones nuevas.

Se pudo identificar a dos grupos: los más optimistas, que presentaban una actitud más atrevida, y los más pesimistas, que mostraban una postura más cauta.

En el experimento, los científicos entrenaron a los animales a alimentarse de un plato en un área de pruebas. Si el plato estaba en una esquina, este contenía tres dulces, pero si estaba en la esquina, este contenía tres granos de café amargos. Rápidamente, los cerdos aprendieron qué esquina estaba en el lado positivo, e hicieron fila mientras este estaba allí.

Pero cuando los científicos alteraron la disposición colocando el plato en el medio, los cerdos ‘pesimistas’ que vivieron en mejores jaulas fueron más curiosos por averiguar qué era lo que había dentro del plato en la nueva posición, no importando si esta estuviese más cerca de la nueva esquina. Un caso distinto era el de los cerdos ‘pesimistas’ que habían vivido en jaulas ordinarias y sin comodidades, que se mostraron reticentes de averiguar qué había en el plato.

Los cerdos optimistas, por su parte, no importando si habían vivido en jaulas más amplias o cómodas, rápidamente abordaron los platos en posición desconocida.

El estudio demuestra que el juicio y toma de decisiones de los cerdos —al igual que los humanos— son formados tanto como la personalidad y el medio ambiente que los rodea.

La similitud de actitudes y personalidad como reacción a ciertos estímulos ha coincidido antes en humanos y animales. Recientemente, por ejemplo, un estudio descubrió que las abejas sienten algo parecido a la felicidad luego beber una gotita de agua con alta concentración de azúcar, algo que se asemeja mucho a la sensación de momentánea placer que tienen los humanos al comer un chocolate o un postre. 

Pese a ser invertebrados, sin corteza cerebral, y con una pequeña fracción de las neuronas que tenemos los humanos, las abejas son capaces de emociones sorprendentemente complejas, halló el trabajo publicado en Science Magazine.

 

Daniel Meza

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