Las palabras pasan de moda en ciclos de 14 años, según estudio

¿Cada cuánto tiempo las palabras de moda dejan de estarlo? Cada 14 años, de acuerdo con el reciente estudio de Marcelo Montemurro, de la Universidad de Manchester, Reino Unido, y Damián Zanette, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina. Así las cosas, postverdad, J o selfie —términos nombrados como “Palabra del Año” por el diccionario Oxford en años recientes— ya se oirán algo fuera de época, tal como hoy suenan términos como metrosexual (Palabra del Año en el 2003, según la American Dialect Society).
Para determinar que la moda de las palabras dura un ciclo de 14 años, los investigadores —especialistas en física teórica, neurociencia, psicología experimental y estadística— identificaron 5.630 sustantivos de uso común y analizaron cómo cambió su popularidad en los últimos tres siglos.
Ello fue posible gracias a Google Ngram, una base de datos de palabras utilizadas en cuatro millones y medio de libros digitalizados. Fue a partir de ella que ordenaron los sustantivos seleccionados de acuerdo con su popularidad y examinaron cómo fueron cambiando de posiciones en la clasificación entre 1700 y 2008.
Las palabras inglesas se hicieron populares y luego fueron quedando en el olvido en ciclos de cerca de 14 años (lo cual se ha extendido en uno o dos años durante el último siglo). Al observar de la misma forma palabras en francés, alemán, italiano, ruso y español, se detectaron evidencias de ciclos similares. Además, como muchos supondrán, la popularidad de sustantivos relacionados entre sí —como rey, reina o duquesa— subió y bajó conjuntamente en el tiempo.
Este trabajo se ampara además en una investigación previa, que señalaba que algunas palabras de uso frecuente se han conservado en formas relacionadas desde el final de la última Edad de Hielo y que hay “una notable fidelidad en la transmisión de algunas palabras” que justifica investigare más sobre los rasgos de lenguaje que puedan ser preservados a través de amplios períodos de tiempo y geografía.
Con ello, resulta claro que el que el lenguaje evolucione consistentemente en patrones definidos no es una anomalía de su uso. No obstante, según el especialista en estadística y evolución Mark Pagel, de la Universidad de Reading, se debe descartar que estos ciclos se traten de una casualidad estadística, pues “también esperamos ciertas periodicidades de fluctuaciones aleatorias", dijo a New Scientist.
Montemurro admite que, además, aún está por determinarse el significado de la duración del ciclo (o si esta no es simplemente una cuestión azarosa). No obstante, “es muy difícil imaginar un fenómeno aleatorio que dé este patrón", dice.
Por ello, presume que un estudio más profundo de los factores que afectan el ciclo —políticos, económicos, sociales— podría revelar ideas sobre el comportamiento humano y la naturaleza de la moda y las tendencias. "Suponiendo que estos patrones reflejen alguna dinámica cultural, [su estudio] podría aportar a la mejor comprensión de por qué cambiamos los temas que discutimos", afirma.
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