La pornovenganza afecta a millones, tú puedes ser el próximo

La llamada pornovenganza o porno vengativo —términos que describen a la publicación de desnudos o contenido sexual explícito de personas sin su consentimiento— afecta a uno en 25 estadounidenses, según un reciente estudio hecho el instituto neoyorquino Data & Society Research Institute.

La referida forma de venganza puede ser perpetrada por algún amante despechado o bien por algún hacker que se las ingenia para acceder y difundir imágenes íntimas de alguna persona, famosa o no. Algunas de las víctimas más célebres de este tipo de ofensa son Jennifer Lawrence y Kate Upton, afectadas por una filtración masiva de fotos privadas involucrando además a otras celebridades —actores, modelos, deportistas— el 2014 a la que se llamó Celebgate. Fue precisamente con este caso que la pornovenganza adquirió gran atención pública. Pasado el revuelo mediático, los afectados del Celebgate hablaron de lo mal que la pasaron al sufrir tal experiencia. “Esto no es un escándalo, es un crimen sexual, una violación sexual”, dijo Lawrence en una entrevista a propósito del suceso.


Kate Upton, otra de las víctimas del Celebgate.

 

El trabajo al cual se refiere esta nota es el primero sobre pornografía no consensuada y de venganza. Se encuestó a 3.002 usuarios de internet estadounidenses mayores de 15 años, entre mayo y julio pasados.

Los resultados fueron los siguientes: un dos por ciento de los participantes tuvo a alguien que posteó una foto explícita de ellos en internet sin permiso, y muchos otros enfrentaron amenazas de terceros de este tipo. Uniendo ambas molestias, en total el cuatro por ciento de los encuestados fue victimizado con publicaciones indeseadas o amenazas, lo que representaría a alrededor de 10.4 estadounidenses, de acuerdo a las estimaciones del estudio.

Para la institución, la pornografía no-consensuada puede tener consecuencias devastadoras y de largo impacto en las víctimas, por lo que es vital que todos entendamos qué tan común es esto y quiénes son afectados. Aunque las imágenes nunca sean usadas públicamente, explican los expertos a cargo del estudio, estas pueden ser empleadas para amenazas como método de control o intimidación. En algunos casos, estas imágenes explícitas son robadas de servidores o nubes privadas, o en otros, fueron grabadas en secreto o a la fuerza. Algunas imágenes provienen de personas decepcionadas mientras que otras son robadas por hackers aficionados o profesionales.

Adicionalmente, tres por ciento de los encuestados conocían a alguien a quien habían amenazado con publicar fotos o videos íntimos para lastimarlos o avergonzarlos. La gente joven, entre 15 y 29, era la más afectada, y más mujeres que hombres eran afectados —una en diez mujeres menores de 30 afirmaron que las llegaron a amenazar con publicar este tipo de contenidos. Entre los encuestados que se identificaron como lesbianas, gay o bisexuales, 15% dijo que alguien los amenazó con publicar contenido íntimo de ellos para lastimarlos. Aunque en menor medida, los hombres también fueron víctimas de la pornografía vengativa, apuntó el trabajo. Los autores del trabajo sostuvieron que la pornografía vengativa ha sido ayudada por el desarrollo digital de cámaras, smartphones y redes sociales.

En el país norteamericano, los defensores de las víctimas han exigido leyes que castiguen a la pornovenganza, mientras que algunos defensores de los derechos civiles advirtieron que estas normas podrían ser pretexto para vulnerar la libertad de expresión. Actualmente, 30 estados de la primera potencia mundial tienen leyes que intentan definir y criminalizar este tipo de actos. Hace poco, también Argentina se sumó a la lista de países que criminalizan la pornovenganza, dando 6 años de cárcel a quienes perpetren estos actos.

 

Daniel Meza

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