Este material frenaría el calentamiento global sin dañar la capa de ozono

Geoingenieros británicos desarrollaron aerosoles ecológicos a base de calcita para controlar la radiación solar y así frenar el calentamiento global sin destruir la capa de ozono, un perjuicio que no han podido evitar anteriores propuestas. El método planteado fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El planeta se calienta a un ritmo sin precedentes y las intenciones de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no son suficientes para acabar con este daño. El año pasado, el Acuerdo de París se trazó el objetivo de mantener las temperaturas globales no mayores a 1.5 grados Celsius sobre los niveles preindustriales. Si bien las reducciones serán importantes para alcanzar esta objetivos, los esfuerzos suplementarios pueden ayudar a reducir riesgos.
A partir de allí surge geoingeniería, campo que formula técnicas para influir en las temperaturas terrestres con el propósito combatir el calentamiento global. Sus métodos se clasifican en dos categorías principales: reducción del dióxido de carbono y gestión de la radiación solar. Esta última está destinada a reducir los niveles de radiación solar, factor que “recalienta” el mundo.
Un planteamiento radical es la geoingeniería solar –inyectar aerosoles de sulfato que reflejan la luz en la estratosfera para enfriar al planeta. Investigadores saben que grandes cantidades de aerosoles podrían enfriar significativamente el planeta; el efecto ha sido comprobado tras grandes erupciones. Sin embargo, estos aerosoles de sulfato traen consigo riesgos significativos. El más grande de todos ellos es que producen ácido sulfúrico en la estratosfera, lo que daña el ozono. Tomando en cuenta que la capa de ozono absorbe la luz ultravioleta del sol, el agotamiento de la capa de ozono puede llevar a índices aun más elevados de conocer de piel, daños a los ojos y otras consecuencias perjudiciales para la salud.
Hoy, investigadores de la Escuela John A. Paulson de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) identificaron un aerosol que podría enfriar el planeta y simultáneamente reparar el daño a la capa de ozono. Esta investigación repiensa qué tipo de partículas deben ser usadas para la geoingeniería solar, dicen los autores.
Anteriores investigaciones se enfocaron en limitar las reacciones dañinas a la capa de ozono producida por aerosoles reactivos. El nuevo enfoque, por el contrario, utiliza aerosoles altamente reactivos. Esto debido a que aun las sustancias inicialmente no reactivas acaban destruyendo el ozono al componerse estas de ácido sulfúrico. En consecuencia, en lugar de querer minimizar las reacciones del aerosol, el nuevo trabajo buscó uno altamente reactivo pero de una manera que evite tal destrucción.
Para ello, las nuevas partículas necesitarían neutralizar los ácidos sulfúrico, nítrico e clorhídrico en sus superficies. Las investigadores entonces descartaron todos los elementos tóxicos de la tabla periódica (los metales más raros) y se quedaron con los metales alcalinos y los alcalino térreos, incluyendo el sodio y carbonato de calcio. Esencialmente, llegaron a un antiácido para la estratosfera. A través de un extenso modelado de la química estratosférica, el equipo halló que la calcita, un componente de la piedra caliza, podría contrarrestar la pérdida del ozono neutralizando ácidos emitidos en la atmósfera, mientras que también podrían reflejar la luz y enfriar el planeta.
La calcita es uno de los componentes más comunes en la corteza terrestre. Las cantidades usadas en la geoingeniería sería muy pequeña en comparación con la cantidad disponible.
Los investigadores ya empezaron a probar la calcita en el laboratorio, aunque advirtieron que cualquier elemento introducido en la atmósfera puede tener consecuencias no inesperadas. La química estratosférica es un campo que aun no se conoce plenamente. Al respecto, una investigación el 2013 advirtió que si se inicia un programa para regular la radiación y detenerla abruptamente, la temperatura de las capas bajas de la atmósfera podría aumentar de inmediato. Por ello, es importante analizar exhaustivamente y prever todos los efectos secundarios de las intervenciones planteadas con el fin de que estas sean más seguras.
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