La ciencia explica cómo celebrar el Año Nuevo varias veces este fin de semana

Es posible celebrar varias veces el Año Nuevo, si se trata de tu fiesta favorita del año. Para explicarlo, es necesario recordar que los días y los meses se miden en función a los dos movimientos de la Tierra, la rotación (el giro que da sobre su propio eje y que toma 24 horas en completar una vuelta) y la traslación (el movimiento alrededor del Sol que se completa en 12 meses).

A partir de ello, se calculó la Línea internacional de cambio de fecha, una línea imaginaria que cruza la Tierra de polo a polo y que marca qué lugares del planeta son los primeros en recibir un nuevo día, a diario, valga la redundancia.

Así las cosas, algunas partes del Pacífico Sur son las primeras en recibir el 1 de enero, entre estas Tonga y las Islas Chatham, en Nueva Zelanda. No obstante, en este país, por ejemplo, es posible celebrar la llegada del nuevo año sin salir al extranjero. Basta con pasar el 31 de diciembre en Auckland, la urbe neozelandesa más grande, celebrar el 2017 y luego tomar un avión para llegar a Avarua, en Rarotonga, una localidad del país al otro lado de la línea y, por ende, uno de los últimos en despedir el año. Al salir por la mañana del 1 de enero, se puede llegar por la tarde del 31 de diciembre, una suerte de viaje en el tiempo.

¿Cómo es posible? Pues en la Tierra se usan 39 zonas horarias con lo cual, para que se complete la llegada del 2017 oficialmente en todo el planeta tienen que transcurrir 26 horas.

La línea avanza de este a oeste, va de Nueva Zelanda a la China, de ahí al Medio Oriente, Europa, para cruzar el Atlántico, llegar a América y volver a su origen en el Pacífico.

Así las cosas, una forma “sencilla” de viajar por el mundo persiguiendo el Año Nuevo —o el viejo, dependiendo de cómo se mire— sería volando por la línea ecuatorial a la altura de Tonga y dar la vuelta al mundo en 26 horas. Ello requiere desplazarse a una velocidad de cerca de 1.541 km por hora.

El avión x15 estadounidense, con su velocidad Mach 6,85 (7.274 km por hora) puede ir a media marcha y completar el vuelo a tiempo. Lamentablemente, su alcance (vuelo en línea recta con combustible al máximo) es de solo 450 km y la circunferencia de la Tierra mide 40.000 km.

¿Y un Concorde? El desaparecido avión comercial supersónico podía alcanzar una velocidad crucero de 2.179 km por hora, pero su autonomía de vuelo tampoco le alcanzaba: solo podía volar sin recargar por 7.250 km. 

Dado que el vuelo comercial continuado más largo registrado dura 17 horas y media (de Auckland a Dubai) habría que recurrir a un Airbus A380 para ver la posibilidad de modificarlo y ampliar su autonomía de vuelo al menos ocho horas más. No obstante, incluso si ello fuera posible, los 900 km por hora que alcanza en velocidad crucero no bastarían.

Más sencillo que buscar que Superman nos dé un aventón alrededor del planeta persiguiendo al Año Nuevo, sería pasarla en el Ártico o la Antártida. En teoría, todas las líneas que limitan las diversas zonas horarias del mundo convergen en los polos, con lo cual con darse lentamente una vueltita alrededor del sur o norte bien permitiría celebrar la llegada del 2017 por un buen rato. Claro, para el Polo Norte necesitarás un rompehielos, pues no hay tierra firme sino a 800 km: el verdadero norte es solo un punto en el Océano Ártico, cubierto de una capa de hielo. Mientras que en la Antártida sí hay estaciones científicas asentadas en tierra, por lo que la hazaña se haría más realizable ahí. Para ello, hay que llegar primero a Buenos Aires, de donde parten varios tours hacia el continente helado, por precios desde los US$7.000. En el Polo Sur, justo en el punto de la Tierra opuesto al Polo Norte, está la estación científica multinacional Amundsen-Scott. Imagine la fiesta que le armarán ese día.

 

Hans Huerto

Si te gustó esta noticia, entérate de más a través de nuestros canales de Facebook y Twitter.

Suscríbete

Déjanos tu mail para recibir nuestro boletín de noticias

La confirmación ha sido enviada a tu correo.