Un área de nuestro cerebro crece con la vejez y se encarga del reconocimiento facial

No solo los achaques, también una parte de tu cerebro crece con el paso de los años y está dedicada principalmente al reconocimiento de los rostros que desfilan ante nosotros a lo largo de toda nuestra vida.

Un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en California dio con el hallazgo, que es publicado por la revista Science y que echa nuevas luces sobre el proceso de envejecimiento del cerebro, en donde, hasta el momento, se creía que la mayoría de alteraciones estaban relacionadas a la pérdida de facultades y no al reforzamiento de algunas de ellas.

Las exploraciones publicadas han revelado que un área de la corteza cerebral, el giro fusiforme, se hace mucho más grande a medida que envejecemos. Esta región desempeña un papel en el reconocimiento de las caras, habilidad que mejora en la adultez, en comparación con las capacidades de un niño.

Un escaneo cerebral practicado a 47 personas de diferentes edades arrojó que los adultos tenían un 12,6% más de materia cerebral sólida en esta área que los niños.

Por otro lado, se comparó el tamaño del área en cuestión con el de otra región encargada de reconocer lugares. Mientras la primera evidenció una expansión, la segunda no mostró ningún cambio más allá de la etapa adolescente.

"Sorprende que los cambios impliquen un mecanismo diferente al debilitamiento, la expansión", dice Kalanit Grill-Spector, líder del equipo que hizo el descubrimiento. Con ello, el médico se refiere a que procesos como la adolescencia o el embarazo generan cambios en el cerebro pero más bien relacionados a la poda de conexiones cerebrales. El descubierto es un cambio que más bien está referido a la expansión de las mismas.

Asimismo, el hallazgo rompe con la creencia sobre que la mayoría de cambios en el cerebro se dan durante la infancia y adolescencia, pues se hace evidente que la constitución de este órgano cambia a lo largo de toda la vida, aun en sus etapas últimas.

Grill-Spector dice que los cambios detectados en el giro fusiforme pueden ser un indicativo de la importancia del reconocimiento facial en nuestras vidas y una manera de adecuarse a las exigencias sociales de la convivencia en la adultez. "Estamos constantemente aumentando nuestros círculos sociales. Cuando estamos en la universidad o en la escuela secundaria, conocemos a miles de personas. Seguimos conociendo nuevas caras a lo largo de la vida", dice el científico.

El crecimiento inadecuado de las áreas de reconocimiento facial del cerebro podría contribuir al autismo, sugiere Brad Duchaine en Dartmouth College, New Hampshire, a New Scientist, por lo que será prioridad para el equipo de Stanford seguir ahondando en su investigación sobre esta área del cerebro.

 

Hans Huerto

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