Traje robótico reduce energía usada para caminar en un 23%

Un nuevo traje robótico, una suerte de exoesqueleto, reduce la energía que un usuario debe utilizar para caminar hasta en un 23%. Las especificaciones del mismo fueron publicadas en la última edición de Science Robotics.

 Dicho traje es flexible y consiste en dos envolturas de tela elástica que van alrededor de las pantorrillas, un cinturón y cuatro correas verticales que van desde las pantorrillas hasta la cadera. Un cable adjunto a un motor envía fuerza al tobillo, con lo que el usuario utiliza menos de su propia energía para levantar el pie. Este poder “de apoyo” es transmitido a través de las correas hacia la articulación de la cadera. A su vez, esta reacción en cadena significa que no se necesita un motor separado para impulsar cada articulación.

Hasta el momento, el traje solo ha sido probado con un motor externo y en una máquina para correr. Sus creadores quieren mejorarlo haciendo que la fuente de energía sea parte del traje. De acuerdo Conor Walsh, autor principal del traje y científico del Laboratorio de Biodiseño de la Universidad de Harvard, toma cierto tiempo acostumbrarse al asistente. Después de usarlo, las piernas del usuario se sienten algo aletargadas, debido a que los músculos hicieron menos esfuerzo mientras se usaba el mecanismo.

El traje de esta nota puede proveer de menos fuerza que un exoesqueleto rígido —una mejor opción para personas paralizadas o que necesitan cargar grandes pesos—. Pero el traje suave es mucho más fácil de colocar y requiere de menor esfuerzo del usuario.


Así funcionaría el sistema completo.

 

Esto podría hacerlo ideal para llevar pesos medios en distancias mucho más largas, como lo hacen soldados, por ejemplo. Otra opción de uso, según Walsh, es brindar ayuda a personas que sufren o sufrieron de condiciones que les dificulta movilizarse, como por ejemplo víctimas  de derrames cerebrales o ancianos.

El gran beneficio, para Jeff Koller —investigador de exoesqueletos rígidos de la Universidad de Michigan consultado por Newscientist— es que este sistema mantiene el alineamiento biológico de la articulación, usando la estructura musculoesquelética del usuario, algo que ha sido diseñado por millones de años de evolución.

Sistemas como el de este artículo, entre otros exoesqueletos son una tendencia que la ciencia viene explorando para ayudar a las personas con ciertas condiciones. Hace poco científicos estadounidenses desarrollaron un pequeño exoesqueleto metálico con memoria que es capaz de ayudar a hombres que sufren de disfunción eréctil. Por otro lado, en diciembre se reportó cómo un paralítico logró ingerir alimentos usando por primera vez un exoesqueleto controlado por el cerebro y sus ojos.

 

Daniel Meza

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