Las focas han aprendido a sentir el aliento de los peces con sus bigotes

Un equipo de zoólogos alemanes descubrió cómo los focas comunes (Phoca vitulina) detectan los peces de fondo escondidos en la arena. Resultó que estos animales pueden captar con sus bigotes los débiles movimientos de agua que se producen cuando los peces respiran a través de sus branquias, de acuerdo con una investigación publicada en el Journal of Experimental Biology.
Las focas comunes habitan las aguas costeras de los océanos Atlántico y Pacífico, así como las de los mares del Báltico y del Norte y se alimentan de peces y moluscos, muchos de los cuales habitan en la arena asentada. Las focas cazan de día y de noche, sin importar si su visibilidad es limitada y su secreto del éxito, hoy se sabe, son sus bigotes.
Investigaciones previas habían concluido ya que los leones marinos del sur y las morsas cazaban usando los bigotes como radares para detectar la presencia de sus presas. Las focas comunes hacen lo propio, pero además son expertas en hallar especímenes de las especies bénticas, las que habitan el lecho marino, incluido el plancton, y sus mecanismos de detección aún no estaban claros para la ciencia. El reciente trabajo concluye que también los bigotes permiten captar los movimientos que se dan incluso bajo el lecho marino.
Para confirmar su hipótesis, los científicos cercaron un área en el Mar Báltico y colocaron en el fondo una plataforma en la que se montaron boquillas, imitando las agallas de la platija, una especie de peces a la que pertenece el lenguado común. Estos animales viven en el Atlántico Norte y escapa de sus depredadores hundiéndose en la arena. Las boquillas de agua empleadas en el experimento eran bombas de agua en miniatura que replicaban su respiración en el lecho marino. En el experimento se entrenó a tres focas adultas para detectar el movimiento de aguas con altas tasas. Luego, se bajó la velocidad de la bomba de agua, empleada para replicar la respiración de la platija, a la misma velocidad (20-25 centímetros cúbicos por segundo). Las focas entonces eran acercadas a la plataforma con las boquillas de agua y eran capaces de encontrar la que estaba funcionando. En la mitad de los experimentos a los animales se les puso una máscara sobre los ojos para que empleen sus otros sentidos.
El porcentaje de casos en los que las focas dieron con la boquilla en funcionamiento. Las columnas a la derecha representan la tasa de éxito cuando las focas fueron vendadas, las columnas de la izquierda, el éxito de las focas sin máscara. B. Niesterok et al. / Journal of Experimental Biology, 2017
Resultó que las focas hallaron la boquilla funcionando en el 55-75% de los casos usando una venda; y sin ella en el 75-95% de los casos. No interfirió en la labor el pequeño "ruido de fondo" —el movimiento del agua que generaron las misas focas u otros peces pasando por el lugar. Los investigadores, que usaban un hidrófono y un estetoscopio, determinaron que la corriente de la bomba no emitía señales acústicas por lo que, concluyeron, las focas hallan a sus presas a través del tacto, no del oído.
Otros estudios han demostrado que los peces en respuesta a ciertos estímulos son capaces de contener la respiración durante unos segundos. Los autores sugieren que los peces pueden desarrollar esta capacidad para pasar desapercibidos y así escapar de la muerte ante la presencia de depredadores.
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