Mark Zuckerberg quiere remodelar las relaciones humanas con Facebook

El CEO de la red social más importante del planeta, con casi dos mil millones de usuarios activos al mes, quiere refundar la comunidad que ha venido construyendo con su compañía. Y llevarla más allá de la pantalla del celular, laptop o tableta.
Mark Zuckerberg publicó esta semana una suerte de manifesto en el cual ofrece algunas proyecciones de lo que quiere para Facebook y el rol en la historia que espera que cumpla la compañía, que podría estar valorizada en hasta un billón de dólares.
En el texto, el emprendedor tecnológico señala que es el momento de Facebook para "desarrollar una infraestructura social que dé a la gente el poder de construir una comunidad global que funcione para todos nosotros". Y, con ello, resolver algunos de los mayores problemas que enfrenta la sociedad, como "acabar con el terrorismo, luchar contra el cambio climático y prevenir las pandemias".
Para ello, quiere convertir a Facebook en una sola gran aldea, en la cual no solo estemos conectados con nuestros contactos —familiares, amigos y conocidos— sino que compartamos con todos el mismo techo. “Para prevenir el daño, podemos construir infraestructura social para ayudar a nuestra comunidad a identificar problemas antes de que sucedan. Cuando alguien está pensando en suicidarse o hacerse daño, hemos construido una infraestructura para dar a sus amigos y herramientas comunitarias que podrían salvar su vida. Cuando un niño desaparece, hemos construido una infraestructura para mostrar Amber Alerts - y varios niños han sido rescatados sin daño. Y hemos construido infraestructura para trabajar con organizaciones de seguridad pública en todo el mundo cuando tomamos conciencia de estos problemas. En el futuro, hay aún más casos donde nuestra comunidad debe ser capaz de identificar los riesgos relacionados con la salud mental, la enfermedad o el crimen”, escribe.
Zuckerberg quiere construir una infraestructura social, una suerte de país online. La cuestión de fondo es qué tipo de democracia norma ahí, quién decide qué y cómo se comparte. Y este es el tema que más críticas le ha traído recientemente a la firma. La comunidad actual, y la soñada por Zuckerberg, funcionan sobre la base de compartir información. Pero el que esta información aparezca en nuestros flujos de noticias al conectarnos a Facebook es un tema que pasa por el algoritmo (que la firma mantiene en reserva) que se usa para determinar qué noticias se nos muestran por defecto. Por ello, precisamente, Facebook recibió cuestionamientos durante la reciente campaña electoral estadunidense, por supuestamente beneficiar la publicación de contenidos falseados que atacaban a determinados candidatos. Ante ello, la compañía se ha propuesto empoderar al usuario en la corroboración y denuncia de informaciones falsas, para no beneficiar su publicidad.
Pero en su reciente misiva Zuckerberg deja en claro que quiere ir por más con esto y señala que la Inteligencia Artificial (IA) podrá ser la herramienta que no solo ataque la aparición de artículos falsos sino que permita establecer, de acuerdo a lo que decida cada usuario, normas de conducta sobre cuestiones como la desnudez, la violencia o los contenidos chocantes en la red. Claro, eso si uno busca la interacción con el motor de IA que decida emplear Facebook. Caso contrario, los estándares que se usarán serán los promediados por la mayoría de usuarios.
El columnista de Bloomberg, Leonid Bershidsky, cuestiona en una reciente columna la intención de Zuckerberg: “El efecto en la vida real será que la mayoría de los usuarios, demasiado perezosos para modificar la configuración, aceptará el estándar de "mayoría", lo que hace aún menos probable que todo lo que ven en sus flujos de noticias implique salir fuera de su zona de confort [reforzando la conexión con los contactos conocidos y dificultando la aspiración de comunidad global planteada por el empresario de la red social]. Los que usan los filtros no estarán mucho mejor: no tendrán idea de lo que está siendo filtrado porque los algoritmos de Facebook son una caja negra”.
De acuerdo con Bershidsky, Zuckerberg presenta a Facebook como una comunidad global que necesita una mejor vigilancia, gobernabilidad y prácticas sociales, por lo que espera permitir algo de democracia y referendos, pero, resalta, en última instancia la compañía tomará la decisión final sobre los tipos de contenido que la gente debería ver en base a su comportamiento en Facebook: “Este tipo de ingeniería social afecta el estado de ánimo y los comportamientos de las personas. Puede conducirlos hacia interacciones comerciales o estimular la donación a buenas causas, pero también puede reflejarse en el mundo real de maneras más preocupantes”.
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