Cómo las moscas nos están volviendo super-resistentes a los antibióticos

Fórmula estructural de la polimixina E. Gráfica: Wikimedia Commons

 

Un equipo internacional de investigación ha descubierto que tanto las moscas, como los gorriones, y hasta los perros, contribuyen en propagar los genes de las bacterias resistentes a los antibióticos de segunda línea. Así, estas bacterias llegan al organismo del ser humano ingeridas a través del consumo de aves de corral. El artículo fue publicado por la revista Nature Microbiology.

La polimixina es parte de un grupo de antibióticos que pertenece a los fármacos de “última reserva”, aquellos que se utilizan cuando el tratamiento convencional es insuficiente. Estos fármacos son más efectivos cuando actúan sobre la bacteria Pseudomona aeruginosa, cuyas cepas ya tienen desarrollada una alta resistencia a los antibióticos de primera línea. La polimixina, por su parte, está incluida en la lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud en la categoría de “antimicrobianos”.

Hasta hace poco, los casos de resistencia a la polimixina eran muy raros. Aunque en 2015, un grupo de investigadores chinos descubrió cuál es el gen que hace que una bacteria sea resistente a la colistina, otro fármaco del grupo de antibióticos polimixinas. El gen, llamado MCR-1, se ubica en uno de los elementos genéticos móviles, los plásmidos, y tiene la capacidad de transferir su genética a otras bacterias de manera horizontal (en contraste con la transmisión vertical, que va de los padres a su descendencia). Inicialmente, el gen fue encontrado en una muestra del bacilo Escherichia coli (E. coli) obtenida en una granja de cerdos de Shanghai. Luego, el MCR-1 también se encontró en otras muestras de E. coli obtenida de varias fuentes: la carne de los mataderos, pacientes de clínicas de Shanghai e, incluso, de carne comprada en las tiendas. En el caso de los pacientes, el gen no solo estaba presente en el bacilo de E. coli, sino también en el bacilo de Klebsiella pneumoniae, uno de los agentes causantes de la neumonía. Se presume que este bacilo obtuvo el gen MCR-1 por una transferencia horizontal de E. coli. No pasó mucho tiempo más hasta que el gen MCR-1 también fuera detectado en 25 países más. Hoy, su distribución ya está presente en cuatro continentes.

Los autores del nuevo artículo analizaron varias muestras del bacilo E. coli obtenidas directamente de aves de corral criadas en China. Como es natural, ellas comparten su granja con perros, moscas y gorriones. A parte, los investigadores analizaron también otra muestra más, nuevamente obtenida de la carne que se encuentra en las tiendas. El resultado del estudio reveló que la cuarta parte de la muestra observada, que de por si ya estaba contaminada de E.coli, contenía además el tipo de bacilo resistente a la colistina. Por si fuera poco, una tercera parte de esta muestra también era resistente a la carbapenema, un “poderoso” antibiótico que no se afecta con la betalactamasa, la enzima que permite que las bacterias sobrevivan a la penicilina y otros antibióticos.

Como indica la investigación, el gen MCR-1 apareció precisamente en China, lo que no debe causar sorpresa: este país es el principal consumidor de colistina en el mundo, y anualmente utiliza 13 mil toneladas de este fármaco. Una de sus aplicaciones está en la agricultura, en donde se utiliza de manera extensiva, sobre todo para la producción porcina. Aparentemente, esta costumbre sentó las condiciones para que la mutación bacteriana aparezca y se consolide, expandiéndose de manera rápida y peligrosa.

Hacia finales del 2016, los países miembros de la ONU adoptaron una agenda común sobre el problema. Con ella, pusieron sobre la mesa la necesidad de adoptar medidas concretas: combatir la fármaco-resistencia de los microorganismos y establecer un control sobre el uso de antimicrobianos. Esta ha sido la cuarta vez que un asunto de seguridad sanitaria es discutido en Asamblea General en la historia de la organización. Anteriormente, la agenda de salud se centró en las medidas para combatir el virus del VIH, el Ébola y las enfermedades no transmisibles (afecciones cardíacas, diabetes y otras). En nuestro material extenso se puede encontrar más información sobre la amenaza que representa la diseminación de la resistencia a los antibióticos.

 

Caroline Mercado
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