¿Comer alimentos viejos acelera nuestro envejecimiento?

Un reciente estudio de la Universidad de Harvard publicado en la revista Science Advances sugiere que los cambios moleculares asociados a la edad, como el daño acumulativo y la alteración de la composición dietética, están causalmente vinculados con el envejecimiento y pueden afectar a este proceso natural a través de la dieta.

Aunque se estiman varias posibles causas del envejecimiento, la ciencia ha tendido a señalar al daño celular producto de la oxidación como el factor más crítico del proceso, sumado a daños al ADN.

El equipo de Vadim Gladyshev, en Harvard, se propuso aclarar si los organismos también pueden sufrir daño celular por la ingesta de determinados alimentos, pues sus nutrientes intervienen en una serie de procesos celulares. Por ello, resultaban intrigante pensar que alimentos ya envejecidos, con amplio daño celular propio, podría hacer que un animal envejezca más rápido.

Para probarlo, el equipo desarrolló cultivos de levadura a partir de cepas viejas o jóvenes; asimismo, alimentaron a moscas de la fruta con restos de otras moscas, viejas o jóvenes. También estudiaron a ratones alimentados con carne de ciervos viejos o jóvenes. Los animales recibieron esta dieta particular desde su adultez temprana por el resto de sus vidas.

La dieta de comida vieja acortó la vida de la levadura en 18% y la de las moscas en 13%. En los ratones, la dieta vieja redujo la esperanza de vida en 13% en ratones hembra, pero no hubo efecto significativo entre machos, aunque Gladyshev cree que el efecto puede ser advertible en estos si aumenta el tamaño de la muestra, a la luz de los otros resultados.

No obstante, para João Pedro de Magalhães de la Universidad de Liverpool en el Reino Unido las diferencias nutricionales de las dietas administradas podrían encerrar la clave de lo observado, antes que la vejez o juventud de la comida, según dijo a New Scientist: "Hay diferentes nutrientes en los tejidos de animales viejos y en los jóvenes". Y aunque el equipo buscó reducir estas diferencias, acepta que este aspecto podría haber ejercido alguna influencia en los resultados finales.

Gladyshev asegura que lo observado es solo un pequeño efecto y resalta que los humanos no comen usualmente animales viejos y más bien llevan dietas variadas.

Recientemente, científicos estadounidenses determinaron que la restricción del consumo de calorías prolonga significativamente la vida de los monos Rhesus, más allá de la composición de la dieta o si esta busca reducir el daño celular que producen los procesos de oxidación (mediante alimentos conocidos como antioxidantes).

Hans Huerto

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