Al fin sabemos cómo interactúan los metales (de los fármacos) con nuestro ADN

Simulaciones por ordenador muestran la ubicación precisa del fármaco Pt103, a base de platino, en el ADN (Foto: Juan J. Nogueira, Universidad de Viena).
Equipos científicos de la Universidad de Viena y de la Universidad de Uppsala han desarrollado un protocolo para detectar con alta precisión cómo, dónde y por qué un fármaco interactúa con las biomoléculas de un organismo. La investigación fue publicada por la Journal of Physical Chemistry Letters.
Mediante el uso de radiación de rayos X de alta energía del sincrotrón de tercera generación de la Swiss Light Source —se trata de un acelerador de partículas que produce radiación electromagnética de alto brillo— “se determina la ubicación preferida del fármaco dentro de la célula", explica Leticia González, de Vienna.
Una vez determinada la ubicación, mediante simulaciones teóricas avanzadas, realizadas parcialmente en el supercomputador del Vienna Scientific Cluster —una serie de complejos computacionales de alto rendimiento al servicio de un consorcio de universidades austriacas— se racionaliza la preferencia del medicamento potencial para esa localización en particular.
Los científicos han aplicado este protocolo al fármaco Pt103, que se sabe que tiene propiedades citotóxicas, pero un mecanismo de acción desconocido. El compuesto, de la familia de fármacos a base de platino, promete terapias efectivas contra tumores, de acuerdo con estudios previos. Hasta ahora, los científicos solo podían teorizar respecto a cómo actuaba un fármaco, sobre la base de observaciones al ADN en células humanas o cancerígenas.
"Podríamos demostrar que la droga se une a un sitio específico del ADN y también podríamos explicar por qué la droga ataca este sitio en particular", asegura Juan J. Nogueira, investigador postdoctoral del grupo de González y coautor del estudio.
Usando este conocimiento recién adquirido se puede comprender mejor la funcionalidad del agente quimioterapéutico correspondiente, lo que podría conducir al desarrollo de fármacos nuevos y más eficientes.
El desarrollo de nuevas drogas para combatir el cáncer supone la experimentación con miles de sustancias cada año, con financiamientos cuantiosos para un mercado que espera vender US$150.000 millones globalmente en 2020.
No obstante, la experimentación y el desarrollo de nuevas y mejores drogas se ha venido viendo retrasado por la poca comprensión sobre la real naturaleza de la acción farmacológica de ciertas sustancias, más aun cuando los compuestos necesitan años de investigación hasta que el fármaco se apruebe y se pueda aplicar a los pacientes.
El nuevo método desarrollado puede afianzar una carretera de alta velocidad hacia fármacos más eficaces.
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