Este tiranosaurio recién descubierto tenía un lado muy sensible

Lagarto de la especie de los daspletosaurios según representación del artista.  
Dmitri Bogdanov / Wikimedia Commons

 

Un grupo de paleontólogos ha descubierto un nueva especie de dinosaurio en el norte de los Estados Unidos. Se trata del Daspletosaurus horneri, un carnívoro de la familia de los tiranosáuridos, y pariente cercano del Tyrannosaurus Rex. Estos reptiles vivieron en América del Norte alrededor de 74 a 75 millones de años atrás, durante el período Cretácico. El hocico del lagarto era muy parecido al hocico del cocodrilo actual, con escamas sensibles que le permitían buscar pareja y un lugar donde anidar. El artículo que describe la nueva especie fue publicado en Scientific Reports.

El fósil de la nueva especie de Daspletosaurus fue encontrado en sedimentos del Cretáceo superior (83.5 - 70 millones de años atrás) en el estado de Montana. Solo se logró obtener el esqueleto parcial del dinosaurio (un cráneo incompleto, pelvis y una de las patas traseras), pero como todo se hallaba en buen estado de conservación, fue posible reconstruir el tejido blando que cubría el hocico. Así, se determinó la “huella” de los vasos capilares, las fibras nerviosas y el tejido subcutáneo. Gracias a este hallazgo, fue posible realizar un estudio comparativo con la piel del hocico de los lagartos actuales y algunas especies de aves. 

 


Representación de D. horneri del ilustrador científico Dino Pulerà‏. Twitter: @dpulera

 

Se calcula que D. horneri alcanzó los 9 m de largo y 2.2 m de altura. Al igual que otros tiranosáuridos, esta nueva especie caminó sobre sus patas traseras, tenía una cabeza grande y dientes poderosos. Los investigadores sugieren que esta especie no tenía labios, y que su quijada inferior y cabeza estaban cubiertas de unas escamas, a modo de armadura, que lo protegía durante la caza y la alimentación. A su vez, el hocico del animal presentaba numerosos vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, convirtiendo la punta del hocico y la quijada del dinosaurio en una suerte de órgano sensorial parecido a los mecanorreceptores de los topos, ranas o serpientes. 

De acuerdo a los autores del artículo, las hembras D. horneri, al igual que las hembras de los cocodrilos, utilizaron su “nariz” sensible para buscar un lugar adecuado donde depositar sus huevos, observar la temperatura óptima del nido y, en caso de necesidad, llevar un huevo a la boca con cuidado para eclosionar a sus crías. Este “órgano” sensorial también pudo jugar un rol en el ritual de apareamiento. 

El año pasado, el paleontólogo canadiense Robert Reisz, le “otorgó” labios al Tiranosaurio Rex porque, sugiere el científico, el dinosaurio también se veía en la necesidad de hidratar y proteger su esmalte dental. 

 

Catalina Rusakova
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