Los simios demostraron ser capaces de ayudar al hombre a no equivocarse

David Buttelmann et al / PLOS ONE, 2017

 

Un equipo de primatólogos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania, descubrió que los chimpancés, orangutanes y bonobos pueden reconocer “falsas creencias” de otros individuos. Al ver cómo una persona realizaba una acción basada en falsas presunciones (como por ejemplo, buscar un objeto cuando este ya fue tomado sin su conocimiento) el primate comprendió la dificultad que esta enfrentaba y decidió ayudarla. El estudio fue publicado en la revista PLoS ONE. 

Los científicos habían observado que los simios pueden reconocer acciones humanas iniciadas a partir de falsas presunciones, pero hacía falta comprobar esta hipótesis. Para ello, los investigadores realizaron un experimento con 23 chimpancés, 5 bonobos y 6 orangutanes (Pan troglodytes, Pan paniscus y Pongo abelii) del zoológico de Leipzig. La prueba consistió en lo siguiente: la persona A coloca un objeto en una de dos cajas disponibles (amarilla o azul), luego tiene dos opciones, o quedarse o salir de la habitación. La persona B entra, saca el mismo objeto y lo coloca en otra caja. Si se da el caso, la persona A regresa a la habitación y  busca el objeto en la caja donde lo guardó. Todo este tiempo, un simio observa la acción de los participantes y el objeto almacenado a través de una de las paredes de la caja, que es de vidrio y solo puede ser vista por él. Además, el simio puede abrir la caja por si mismo, una habilidad aprendida especialmente para realizar el experimento mediante reafirmaciones positivas en forma de uvas y palabras de aliento. 

Los científicos observaron cuáles eran las cajas que los primates querían abrir. Resultó que, si la persona A no salía de la habitación (es decir, desde el punto de vista del simio, la persona B movía el objeto delante de ella), entonces el simio abría una caja sin ninguna preferencia. En cambio, si la persona A no estaba presente durante el intercambio de cajas y buscaba en la caja incorrecta, entonces, en el 72% de las veces, el simio salía en su ayuda y le abría la caja correcta. 

Por lo observado en el experimento, los simios son capaces de reconocer ideas equivocadas y distinguirlas de otras acciones. Si la persona sabe en qué caja está guardado el objeto, y de todos modos abre otra, el simio no entiende por qué hace eso y no manifiesta un deseo particular de ayudarle. Sin embargo, si la persona intenta abrir la caja errónea, convencida de que allí encontrará lo que busca, el simio irá en su ayuda. 

Este tipo de pruebas también se realiza en infantes de 1 a 2 años dentro del campo de la teoría del desarrollo en psicología, y se obtienen resultados similares en los infantes de 15 a 16 meses. 

En una segunda prueba, la persona A entrega un objeto a la persona B en sus manos, y luego sale de la habitación. Mientras tanto, B guarda el objeto en una de las cajas. Cuando A regresa a la habitación, y en vista de no tener ninguna suposición previa, sino que simplemente no sabe dónde está guardado el objeto, el simio abre cualquier caja de manera arbitraria, porque no le queda claro qué es lo que quiere la persona, ya que puede ser que simplemente desee abrir las cajas al azar. 

La diferencia de comportamiento de los simios en ambas pruebas demuestra que, efectivamente, ellos comprenden el concepto de “falsa creencia”, aseguran los científicos. Esto es, saben cuando una persona comete un error y que esto es diferente a “no saber nada”. 

Recientemente, un estudio demostró que tantos los monos como los perros reconocen conceptos como “colaboración” y tratan mejor a las personas que son menos egoístas. Otro trabajo, descubrió que los chimpancés son menos “humanos” que los perros en lo que respecta a la demostración de inteligencia social.

 

Ana Kaznadzei
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