Japón entrena a sus voleibolistas con este robot de bloqueo

Tras cerrar su participación en los juegos olímpicos de Río 2016, el ranking de la Federación Internacional de Vóleibol Profesional colocó a la selección femenina de Japón en el sexto lugar del mundo. Históricamente, no le es ajeno a este equipo el frecuentar los primeros lugares aunque actualmente buscan retomar la cúspide de estos listados con la ayuda de la tecnología, en este caso, robots como muros de bloqueo al filo de la red.

Para perfeccionar sus ataques, algunas de las mejores voleibolista niponas se están entrenando contra un robot que imita las tácticas de los equipos adversarios de acuerdo a las instrucciones del comando técnico.

La "máquina de bloqueo" de la Asociación Japonesa de Voleibol consta de tres pares de brazos robotizados que se mueven de lado a lado frente a la red. Éstos representan a los bloqueadores rivales, la línea de defensa que evita que los mates de los atacantes acaben en el suelo y le valgan puntos al adversario.

El mate es la manera más efectiva de ganar puntos en el voleibol y en mujeres las bolas de ataque pueden superar los 100 km por hora, por lo que el trabajo del bloqueador es reducir la franja libra de cancha para el ataque rival, impedir el pase de la bola golpeada al nivel de la red, y a la vez tratar de devolver el ataque tan cerca al campo rival que sea imposible de responder y convierta el bloqueo del ataque en un punto a favor, más bien.

Desarrollado por investigadores de la Asociación Japonesa de Voleibol y la Universidad de Tsukuba, la máquina de bloqueo permite a un entrenador programar los brazos del robot para diferentes ejercicios de entrenamiento. Se pueden recrear, incluso, jugadas pasadas en que los atacantes han repetido sistemáticamente errores, a fin de entrenarlos para no volver a repetirlos. También, claro, se puede entrenar en función al estilo de bloqueo observado de un próximo rival. Los brazos robóticos adoptan posiciones bastante flexibles, muy similares a las de los brazos de jugadoras, aunque sus estructuras son lo suficientemente rígidas como para imitar la resistencia promedio que las voleibolistas ofrecen en la labor de bloqueo.

Para iniciar el entrenamiento, el entrenador presiona un botón y los brazos del robot se mueven independientemente en su lugar, de acuerdo a la configuración designada. La máquina puede trasladarse a 3,7 metros por segundo, más rápido que la velocidad promedio de un jugador para cambiar de un extremo a otros de su cancha.

Seis voleibolistas japonesas utilizaron el robot en sesiones de entrenamiento durante ocho días. Algunas confesaron que sentían poca diferencia entre jugar contra la máquina y atacar en un juego real.

Pero debido a que la configuración de la máquina se establece antes del ataque, los bloqueadores de robots pueden terminar en la posición incorrecta si el ejercicio de práctica es ligeramente desplazado en la cancha. Los investigadores planean remediar esto agregando sensores de movimiento a la máquina para ajustar automáticamente su posición. Ellos presentarán su trabajo en la Conferencia Internacional IEEE sobre Robótica y Automatización en Singapur, el mes entrante.

Hans Huerto
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