Piensa como un economista y le perderás el miedo al futuro

Parece una obviedad decir que quien maneja mejor sus ingresos, tiene menos preocupaciones económicas en su futuro. Pero más allá de la capacidad de hacer y ahorrar dinero para asegurarse una vejez acomodada, conocer el funcionamiento de las finanzas puede ser un arma útil para luchar contra la ansiedad de hacernos mayores. Esto es lo que asegura un estudio de la Universidad de Hiroshima (Japón) publicado en la revista Journal of Risk Research, que indica que la alfabetización económica no solo sirve para lucrarse, sino como modo de obtener las herramientas necesarias para reducir el miedo ante los riesgos y las incertidumbres del envejecimiento, y así afrontar los problemas que se pongan por delante (incluso los que no son de materia económica).

Para llegar a estas conclusiones, los autores del trabajo, Yoshihiko Kadoya y Mostafa Saidur (Universidad de Nagoya), preguntaron a personas de todo el país por sus habilidades de cálculo y conocimiento financiero, además de por factores como riqueza acumulada, activos y estilo de vida así como sobre el nivel de ansiedad que les provocaba pensar en su vida después de la jubilación (65 años). Tras estudiar los resultados, Kadoya asegura que un control sobre las finanzas construye una capacidad para comparar con acierto todas las opciones financieras disponibles, lo que cambia nuestro comportamiento económico y también nos prepara para sobrellevar los problemas del envejecimiento.

La percepción de dominio económico tiende, según el estudio, a reducir la ansiedad por sí misma, pero también hay otros factores implicados en el grado de preocupación. Con el mismo nivel de alfabetización económica, los encuestados casados presentaban niveles menores de ansiedad que los solteros, lo que podría relacionarse con que los matrimonios son más efectivos a la hora de planear el futuro ya que se deben a las responsabilidades familiares (de hecho, tener hijos es otro estímulo para los niveles de inquietud).

La edad también desempeña un papel importante: a los 40 años nos encontramos en el pico de ansiedad, conforme al estudio. Para los investigadores, las personas en esta edad llevan a cabo la mayoría de las obligaciones domésticas y laborales, y sin embargo, disponen de menos tiempo y dinero que en otras etapas de su vida. A medida que se sobrepasan la mediana edad, las encuestas evidenciaron que la preocupación vital disminuye.

Los investigadores no pasan por alto que en la mayoría de lugares del mundo (entre los que se incluye Japón), existe un sistema de pensiones que permite una cierta tranquilidad a su población, pero sus beneficios dependen de la capacidad de un individuo para pagar durante toda su vida laboral. Como en gran parte del mundo desarrollado, donde la población cada vez está más envejecida, “se percibe que una pensión es insuficiente para los gastos diarios sin una reserva de ahorros y activos, lo que coloca a los que tienen más cultura económica en una clara ventaja”.

 

 

Beatriz de Vera
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