El peligroso juego de los pequeños satélites ‘basura’ que rodean a la Tierra

La acumulación de basura espacial es un problema que se nos antoja lejano. Y depende de cómo se mire, los 10.000 kilómetros a los que se encuentra el límite del espacio exterior, son un trecho considerable. Sin embargo, los residuos que lanzamos al espacio pueden tener consecuencias. No solo hablamos de grandes dinosaurios de la tecnología espacial que orbitan eternamente como fantasmas, como ilustra la película Gravity, sino que el caos lo pueden provocar pequeños satélites que han colonizado las zonas más cercanas a la Tierra, para conseguir algo tan básico como que tú tengas wifi y puedas leer esta noticia.

En concreto, el peligro viene de la mano de los CubeSats, pequeños emisores de unos 10 centímetros cúbicos que fabrican y utilizan multitud de universidades y empresas, ya que las instrucciones de fabricación son libres. Estos nanosatélites, que pesan algo más de un kilogramo, carecen de motores u otra capacidad para evitar colisiones y fueron enviados por primera vez al espacio en diciembre de 2006. Se han vuelto cada vez más populares en los años posteriores como una opción rentable para las compañías de telecomunicaciones. El problema es que ahora hay tal cantidad que, directamente, el espacio se les está haciendo pequeño.

En una conferencia de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) sobre desechos espaciales en Alemania, el profesor de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Southampton (Reino Unido) explicó lo catastrófico que podría ser que estos satélites comenzaran a chocar. En el peor de los casos, esto podría desencadenar una cascada de colisión conocida como el síndrome de Kessler, que se manifiesta como una aterradora nube de basura espacial que representaría un riesgo significativo para las naves espaciales de trabajo, incluida la ISS (Estación Espacial Internacional).

Lewis y sus colegas han llegado a estos niveles de alarma al cotejar los datos obtenidos por un superordenador que simula 200 años de órbitas posibles para 300 escenarios de megaconstelaciones (grandes conjuntos de satélites) diferentes. Sus resultados sugieren que se necesita crear una nueva serie de reglas para reducir los riesgos de desechos. Ahora sólo hay 1300 satélites trabajando en órbita. Pero OneWeb espera lanzar, en 2018, 648 satélites, Boeing planea una flota de 2900 satélites y SpaceX enviará 4425 unidades.

Lewis recomienda que las agencias espaciales como la ESA bajen los satélites inactivos y han alentado el rediseño de satélites pequeños para que sean capaces de alejarse de los objetos que se encuentren, así como para que se desarrolle una opción de suicidio, que haga que se sumerjan en la órbita de la Tierra una vez que su vida útil haya terminado. La agencia, por su parte, también ha publicado un documental sobre la basura espacial, para concienciar de  la amenaza que representan no solo CubeSats, sino también los cientos de miles de pequeñas piezas de basura que vuelan alrededor de la Tierra.

Pero este no es la primera voz que advierte de la necesidad de crear un sistema de regulación del tráfico orbital. El año pasado, el presidente de la Asociación de Industria Satelital (Satellite Industry Association) de EEUU, Tom Stroup, aseguró que es necesario crear un reglamento de la circulación espacial para reducir la posibilidad de un accidente o impacto.
 

Beatriz de Vera
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