La soledad aumenta la tolerancia al alcohol, según experimento con cangrejos de río

Cangrejos embriagados (Foto: Alexis Exum y Jens Herberholz - Universidad de Maryland, College Park).

De acuerdo a un reciente estudio de la Universidad de Maryland, publicado en la revista Journal of Experimental Biology, los cangrejos de río más sociables son más vulnerables a los efectos del consumo de alcohol, en comparación con ejemplares de su especie que fueron mantenidos en aislamiento y que, ante la exposición a la sustancia, se vieron afectados en menor medida.

Aunque los mecanismos celulares que se desencadenan cuando bebemos han sido ya estudiados, poco se sabía sobre cómo estos procesos eran afectados por la experiencia social, el neurocientífico Jens Herberholz en la Universidad de Maryland en College Park. Según Herberholz, quien se unió a sus estudiantes Matthew Swierzbinski y Andrew Lazarchik para saber cómo se comportan los cangrejos en estado de ebriedad, "la forma en que la experiencia social pasada pudiera influir en los efectos neurocomportamentales de la exposición aguda al alcohol es considerablemente poco estudiada".

Para ello, tomaron a cangrejos de río que previamente habían sido alojados juntos y los sumergieron en tanques de alcohol diluido de 0,1 a 1 mol l-1. El registro en video muestra a los animales inicialmente caminando agresivos sobre patas rígidas, antes de empezar a darse vueltas en el agua sobre su cola, a medida que se fueron intoxicando y finalmente perdiendo el control mientras rodaban sobre sus lomos, como seres humanos incapacitados.

Los efectos se observaron mucho más rápido en las concentraciones más altas, con los animales intoxicados dando giros después de solo 20 minutos en el alcohol más fuerte, mientras que a los animales que fueron bañados en el alcohol más diluido les tomó casi 2 horas mostrar esos efectos.

Sin embargo, el alcohol más concentrado en los cangrejos de río que habían sido mantenidos en aislamiento durante una semana antes de su consumo tardó hasta 28 minutos en embriagar y causar las mismas señales de intoxicación.

Los investigadores además implantaron electrodos minúsculos en las neuronas que determinan los movimientos de las colas de los animales y encontraron que en los cangrejos de río expuestos al alcohol, la intensidad de la señal eléctrica necesaria para desencadenar una cola fue menor - y se redujo más y más rápidamente en los animales que habían tenido compañía que en los aislados.

El equipo optó por estudiar el cangrejo de río porque su condición social afecta su comportamiento y porque su exposición al alcohol muestra claramente sus efectos.

Como las inhibiciones de los cangrejos socializados borrachos se aflojaron más que las de los de los solitarios ebrios, Herberholz sospecha que el alcohol tiene más de un impacto en el neurotransmisor GABA (que contribuye al control motor, visión, y regula la ansiedad y la inhibición de comportamientos), en el cangrejo gregario.

Con ello, especula, los humanos solitarios serían menos sensibles a los efectos del alcohol, lo que los llevaría a consumir más: "Nuestro estudio muestra que la experiencia social puede cambiar la sensibilidad al alcohol agudo […] Las personas embriagadas podrían tener diferentes respuestas al alcohol dependiendo de su experiencia social previa".

Aunque ello aún deberá ser probado en el caso de los mamíferos, incluyendo a los humanos, el científico cree que la investigación con cangrejos de río podrá abrir el camino a desarrollar nuevas y más eficaces terapias y tratamientos preventivos para el alcoholismo.

Hans Huerto

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