Pudiendo vivir en las nubes de Venus, ¿por qué queremos colonizar Marte?

NASA
Casi medio siglo después del primer viaje espacial tripulado, la idea de habitar otros planetas ya no nos resulta descabellada. De hecho, el empresario y magnate tecnológico Elon Musk, tiene entre manos el propósito de empezar a colonizar Marte en 2022, es decir, pasado mañana. Su pensamiento viene a ser que, si algo malo le pasara a la Tierra, más nos vale tener un plan B. Nos parezca más o menos excéntrico el proyecto, el caso es que la idea de formar colonias en el planeta rojo ya no nos sorprende. Pero ¿qué pasa con nuestro vecino más cercano? ¿Por qué ignoramos a Venus, que está a solo 40.000.000 kilómetros de la Tierra y le ponemos ojitos a Marte, que está a 58.000.000?
La respuesta no es tan sencilla. Algunas teorías como las que propuso el científico de la NASA Geoffrey A. Landis en 2003, sostienen que Venus podría ser un candidato para albergar civilizaciones. Otros científicos no son tan optimistas, pero consideran que nuestro vecino puede ser un interesante anfitrión para una visita. De hecho, la NASA ha estado trabajando en un estudio denominado HAVOC, para evaluar la viabilidad de una misión en Venus para robots y seres humanos, y que pretende explorar el planeta con un dirigible tripulado.
La superficie de Venus es un ambiente extremadamente hostil, según Landis. Sin embargo, a unos 50 kilómetros de la superficie, su atmósfera es el medio más terráqueo (aparte de la Tierra misma) que existe en el Sistema Solar: la presión es idéntica a la terrestre y la temperatura oscila entre 0 y 50 grados; además, aunque carece de un campo magnético que proteja a sus habitantes de la radiación cósmica (igual que Marte), la densa atmósfera de Venus es capaz de detener un porcentaje sustancial de la radiación e incluso meteoritos de pequeño tamaño. El autor considera que, a largo plazo, los asentamientos permanentes podrían hacerse en forma de ciudades diseñadas para flotar a unos cincuenta kilómetros de altitud.
Otro aspecto es si podremos poner los pies en el suelo. A estas alturas, aún no estamos seguros de si la gravedad es importante para el desarrollo de la vida humana. Es difícil saber el efecto de décadas de gravedad reducida o su influencia en aspectos como la reproducción, como se explica en este artículo de Naukas, pero el caso es que otra característica a favor de Venus es que su gravedad es equivalente a 90% de la terrestre, frente al 38% de su contrincante. En lo que sí se alza Venus como campeón, también según este artículo, es en fuentes de energía: la intensidad de la irradiación solar es aproximadamente el doble que en la Tierra, mientras que en Marte, una civilización dependeria casi exclusivamente de reactores nucleares.
Impresión artística / Adrian Mann.
Pero si Venus fuera el candidato idóneo para ser explorado, ¿no se estaría siéndolo ya? Una de las razones (importantes) para que la realidad sea esta, es la obtención de los recursos. Según el astrofísico y autor de ciencia ficción David Brin, sería relativamente fácil obtener oxígeno, carbono, azufre y tal vez algo de nitrógeno fuera de la atmósfera, pero la cosa se complica cuando se trata del hidrógeno, indispensable para obtener agua, ya que su atmósfera contiene apenas 20 ppm (partes por millón) de agua. Y para el consultor de sistemas de satélite, David VomLehn, el mayor problema es lo que denomina el efecto de red: “Se pueden tener colonias flotando al azar en la atmósfera, pero eso no constituirá una colonia autosuficiente. Se necesitan ciudades reales y toneladas de transporte de alto volumen entre ellas, lo que resulta desafiante y caro”.
Así que, aunque la imagen sea la perfecta portada de un best seller de ciencia ficción, las colonias flotantes de Venus parecen una realidad algo difusa. El consuelo es que, si Musk quiere, quizá podemos pasar pronto unas vacaciones en Marte.
Beatriz de Vera
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