Si los robots no aprenden islandés, podría ser el final del idioma

Pixabay

Siri no entiende islandés. Y no es un problema personal del asistente telefónico de Apple. Que este idioma descendiente de la antigua lengua nórdica se les resista a los robots y otros dispositivos informáticos podría acabar con ella. Y es una pena: esta lengua está plagada de palabras con bellas y complejas descripciones que evidencian la personalidad del país. Un ejemplo es Solarfri, un mensaje que pueden encontrarse los lugareños al llegar a un edificio institucional que se encuentra cerrado. Significa: “cuando el personal se toma libre una tarde inesperada para disfrutar de buen tiempo".

El islandés, visto por los 340.000 residentes de Islandia como una fuente de identidad y orgullo, está perdiendo terreno, mientras el inglés se convierte en la lengua utilizada para el turismo y en el uso de dispositivos activados por voz, según informó Associated Press. Los lingüistas advierten de que el problema es serio: a menos que el gobierno, los educadores, las familias y los desarrolladores de tecnología hagan un esfuerzo concertado para preservar la lengua, esta podría ser relegada a los libros de historia.

Las unidades GPS de los coches no saben reaccionar ante los nombres islandeses en calles y autopistas y los asistentes digitales como Siri o Alexa (Amazon) no entienden el idioma, aunque aparentemente Amazon busca contratar a un lingüista que pueda ayudar a desarrollar software de reconocimiento de voz para islandés. Para Asgeir Jonsson, profesor de economía de la Universidad de Islandia, "no poder comunicarnos en islandés con los frigoríficos activados por voz, los robots interactivos u otros dispositivos similares sería un terreno perdido". Sin estas herramientas, los islandeses recurrirán probablemente a hablar inglés, disminuyendo el papel del islandés en su discurso cotidiano.

Según un informe de la Alianza Multilingüe de Tecnología de Europa (META, por sus siglas en inglés), Islandia es uno de los idiomas menos apoyados de Europa, en lo que se refiere a la tecnología digital. El Ministerio de Educación de Islandia estimó que costaría alrededor de 1 billón de coronas islandesas (unos 8,8 millones de dólares estadounidenses), que los desarrolladores de tecnología adapten la opción islandesa como idioma. Sin ese esfuerzo, el islandés desaparecerá como el latín, se lamenta el ex presidente Vigdis Finnbogadotti.

El estudio, elaborado por más de 200 expertos y publicado en la serie de Libros Blancos META-NET, evalúa el soporte tecnológico para cada idioma en cuatro áreas diferentes: la traducción automática, la interacción con la voz, el análisis textual y la disponibilidad de recursos lingüísticos. Según los expertos, un total de 21 de los 30 idiomas (el 70%) se sitúan en la categoría más baja.  Además del islandés, los más perjudicados, según este ránking, son el gaélico irlandés, el letón, el lituano y el maltés, que se encuentran en un momento crítico. ¿Será por culpa de la tecnología que estos países se acaben rindiendo al dominio del inglés? Si no se ponen soluciones, parece que sí.
 

Beatriz de Vera
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