Científicos potenciaron la “hormona de la confianza” en monos

Moléculas de naloxona (arriba a la izquierda) y oxitocina. 
Wikimedia Commons

Un equipo de científicos estadounidenses ha descubierto que la coadministración de oxitocina con la antagonista de los receptores opioides, la naloxona, aumenta la atención social en los monos ya que ambos fármacos fortalecen sus efectos mutuamente. Los resultados del trabajo han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

La oxitocina es una hormona péptida y neurotransmisora que participa de la construcción de las relaciones sociales, el vínculo madre-hijo, la estimulación del trabajo de parto y la producción de leche materna. Además de esta función, los fármacos con este compuesto han sido probados en personas con autismo, aunque con efectos débiles y pocas veces repetibles. 

La producción y efectos de la oxitocina se encuentra bajo el control del sistema opioide. A su vez, los antagonistas de los receptores opioides, como la naloxona, pueden mejorar las habilidades sociales, mientras que estimulantes como la morfina, provocan el efecto opuesto. 

Debido al vínculo cercano entre la oxitocina y el sistema opioide, un equipo de la Universidad de Yale ha puesto a prueba los efectos de la conjunción entre la oxitocina y la naloxona sobre las interacciones sociales. Para ello, dieron a inhalar a un grupo macacos rhesus un preparado con la combinación de ambos elementos; a otro grupo, cada preparado por separado; y a un tercer grupo, una solución salina a modo de placebo-control.

Seguidamente, los monos fueron agrupados en pares y se procedió a filmar la dirección de su mirada sin influencias externas, y luego con con la recepción de un estímulo de refuerzo (un poco de jugo).

De este modo se descubrió que la combinación de oxitocina y naloxona en ambas situaciones reforzaba la fijación de la mirada de los monos en la boca y los ojos de otro individuo, es decir, se manifestaba una marcada atención social. En ambos casos, además, el efecto era más pronunciado que la simple suma de los efectos de cada preparado por separado. El sexo de los animales no determinó los resultados; sin embargo, el tamaño de la muestra era insuficiente para asegurar o descartar alguna influencia de este factor. 

Efectos del preparado en la frecuencia de la fijación hacia los ojos y la boca (arriba) en comparación con la suma de los efectos de la oxitocina y naloxona por separado (OT+NAL) con su acción conjunta (OTNAL).
Olga Dal Monte et al., PNAS, 2017

En búsqueda de mayor evidencia, los científicos decidieron analizar las expresiones de la oxitocina y sus receptores, así como de otros receptores opioides (mu-, kappa- y delta-) en 190 regiones del cerebro humano. Para ello utilizaron la información obtenida de seis personas que formaron parte del estudio del Atlas del Cerebro Humano.

En él, se descubrió que la estructura del cerebro con la máxima producción de oxitocina se expresa significativamente más en los receptores opioides mu- y kappa- que en el delta-, lo que indica que los dos primeros mantienen roles protagónicos en la regulación de los efectos del sistema de la oxitocina. 

“Los resultados obtenidos en los monos y los humanos confirman el vínculo regulatorio entre la oxitocina y los sistemas opioides. También sugieren que la administración de oxitocina y el bloqueo de opioides puede aumentar la efectividad terapéutica en la mejora de las habilidades sociales”, escriben los autores. 

Un estudio previo sobre los efectos de la oxitocina demostró el funcionamiento preciso de esta hormona en la generación del vínculo madre-hijo. Asimismo, otro estudio comprobó que esta y otras hormonas tienen los mismos efectos en el cerebro humano que el sexo, las drogas y el rock’n’roll

 

Oleg Lishchuk
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