En 13 años, los autos convencionales serán un reliquia en Estados Unidos

En 2030, los coches habrán dejado de contaminar. /Lance Asper
Cuando vimos aparecer los primeros smartphones, ¿fuimos capaces de prever la velocidad con la que este dispositivo iba a formar parte esencial de nuestra vida? Probablemente no. Su implantación radical se debe a la llamada curva S de adopción, que describe el rápido acogimiento de tecnologías verdaderamente disruptivas como estas máquinas, o la Internet, por ejemplo. RethinkX, un grupo de expertos independiente que analiza y pronostica el impacto de nuevas tecnologías, ha publicado un estudio que predice una transición mucho más rápida a vehículos eléctricos y autónomos de lo que se pensaba hasta este momento.
El informe Rethinking Transportation 2020-2030 indica que, para el 2030, el 95% de las distancias recorridas por pasajeros en Estados Unidos serán a bordo de vehículos eléctricos autónomos. El principal motor de este importante cambio está, según los autores del estudio, en una implantación del uso de transportes compartidos: Uber, Lyft y Didi están invirtiendo fortunas en estas tecnologías. Afirman que cuanto mayor sea la mejora en costes o utilidad, más probable es que la gente adopte estas tecnologías.
Además, esto conseguirá que los hogares dejen de invertir en un vehículo propio, con lo que predicen que cada familia ahorrará un promedio de US$5.600 anuales, el equivalente de un aumento del 10% en el salario. Solo en 2016, 550.000 pasajeros eligieron estos servicios en la ciudad de Nueva York. Para ampliar su cartera, las compañías también invierten sus esfuerzos en ayudar a los consumidores a superar los obstáculos psicológicos frente al transporte compartido como el hábito, el miedo a los extraños y la afinidad por la conducción.
El informe aborda en detalle las implicaciones macroeconómicas de esta predicción en varios sectores, incluyendo la energía y el transporte. Para el año 2030, la necesidad de petróleo para el transporte por carretera de pasajeros caerá un 90% y el total de la demanda hasta los 70 millones de barriles por día (actualmente, el promedio es de unos 94 millones) y el colapso resultante en los precios será catastrófico para la industria.
Otro dato: la demanda de nuevos vehículos de combustión interna desaparecerá, según este trabajo, mucho antes: en 2024. Los concesionarios de automóviles disminuirán sus ventas de unidades anuales de vehículos nuevos en un 70% y la compra de coches usados caería hasta el a cero, o incluso a un valor negativo.
Un futuro en el que los coches no emitan gases contaminantes está, aseguran, más cerca de lo que creemos. Pero si hablamos de coches y futuro la pregunta es, ¿para cuándo los coches voladores? Pues bien, aún más cerca: en Silicon Valley ya han creado un prototipo de dron con capacidad para una persona y que también funciona con energía eléctrica. Se prevé que estará disponible a finales de año. ¿Podremos pedir uno de estos por Uber en un futuro próximo?
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