Zcash, la criptomoneda más opaca, alcanzó el valor de Bitcoin

Zcash, la última moneda virtual, nació del proyecto Zerocoin (que se creó para garantizar la privacidad y el anonimato de Bitcoin y acabó convirtiéndose en una criptomoneda independiente). Desde su lanzamiento, hace 7 meses, el proyecto ha tenido un gran éxito, atrayendo a nuevos usuarios con promesas de protección de privacidad sin precedentes.

Después de debutar en plataformas de comercio de divisas en octubre, ahora Zcash ha alcanzado los 1.000 dólares por unidad, poniéndolo a la altura del pionero Bitcoin, como cuenta este artículo de Phys.org. Zcash está atrayendo el interés de los consumidores rusos, chinos, venezolanos y brasileños. En este último país, la moneda se utiliza incluso para pagar impuestos y facturas. Se espera que se produzcan un máximo de 21 millones de unidades.

Se basa en una tecnología denominada zk-Snark, que permite transacciones no rastreables. Los datos resultantes se cifran, pero los usuarios son libres de identificarse. Es lo contrario de blockchain, el cifrado que utiliza Bitcoin, que registra públicamente los detalles de la transacción incluyendo las cadenas alfanuméricas únicas que identifican a los compradores y vendedores. Otras criptomonedas como Dash y Monero ofrecen cierto nivel de privacidad, pero Zcash va más allá, incluso oscureciendo el origen de un pago.

Proteger la privacidad del usuario es precisamente lo que la hace destacar. Pero esta opacidad está, como es de esperar, en el punto de mira: no ofrece la transparencia exigida por las autoridades que intentan evitar que se use para lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo, la evasión fiscal o el fraude. Zooko Wilcox, CEO de Zerocoin Electric Coin Company, que gestiona Zcash, espera que esta característica ayude a las empresas a superar las reticencias a usar su divisa como una alternativa fiable a las tradicionales controladas por el estado.

Pero para entrar en un sistema financiero más amplio lo van a tener difícil, según los expertos. Las instituciones financieras comenzaron a interesarse por Bitcoin, y en particular por su tecnología sin intermediarios una vez que el mercado de darknet conocido como Silk Road cerró, en 2013. Este método facilitó las transacciones de con la criptomoneda, pero también fue plataforma para la venta de drogas ilegales. Jonathan Levin, cofundador de Chainalysis, una start-up que ayuda a los bancos y las autoridades a rastrear los orígenes y destinos de los pagos de divisas virtuales, duda de que Zcash llegue a entrar en el sistema financiero.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Zcash para proteger a los usuarios, la propia moneda puede ser vulnerable a la piratería informática o la falsificación. En un ataque de junio del año pasado contra otra de estas monedas virtuales, llamada Éter, los hackers sacaron, supuestamente, 3,6 millones de unidades que tenían un valor de 50 millones de dólares. Según escribió el consultor de criptografía Peter Todd, la encriptación de Zcash podría ser débil, lo que permite a estos ladrones desencriptar el código. Wilcox dijo que Zerocoin Electric estaba alerta a tales riesgos y ha pagado a hackers para probar la seguridad de su divisa.

Las monedas virtuales son producidas por bancos de ordenadores que solucionan algoritmos complejos. No están reguladas por ningún banco central, no son consideradas oficialmente dinero y no hay ninguna regulación en el nivel federal, se comercia con ella bajo la licencia de intercambio. Zcash fue desarrollada por investigadores de la Universidad Johns Hopkins y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EE.UU.) y la Universidad de Tel Aviv y el Instituto de Tecnología Technion-Israel (Israel). Solo cinco de las seis personas que desarrollaron la criptografía han sido identificadas públicamente.

Los usuarios que se dedican a buscar criptomonedas se llaman mineros. Cualquiera tienen la oportunidad de obtener una recompensa pero, en la práctica, solo ordenadores más potentes pueden resolver las tareas más complejas, y las monedas se obtienen en granjas que tienen a un ejército de ordenadores trabajando para conseguirlas. Y si las probabilidades para un solo usuario son pocas, si además lo que se utiliza para hacerlo es una Nintendo de 1985, estas son aún menos. Aún así, hay quien lo intenta: un usuario con el seudónimo de Gbg hackeó una máquina basada en un juego de 8 bits para minar Bitcoins. Eso sí, asume que esta tarea alimenta su curiosidad más que ayudarle a obtener ganancias.

Beatriz de Vera

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