Japón, la primera nación en legalizar las transacciones con criptomoneda

Gráfico que muestra la subida del Bitcoin. /Quoine
Hace unos días contábamos que Zcash, la criptomoneda más opaca, estaba a punto de adelantar en valor a la pionera en el mundo de la divisa virtual, Bitcoin. Este método de pago no se considera exactamente dinero, puesto que no se rige, como las monedas de verdad, por un banco central. Se mueven normalmente en un mercado gris y, sobre todo las que utilizan un sistema de encriptación que oculta los extremos de una transacción (oscureciendo el origen del dinero, como Zcash), son susceptibles de permitir transaccones fraudulentas como evasión de impuestos o compraventa de armas, drogas u otros artículos ilegales, por lo que es difícil que encuentren aceptación en el terreno financiero.
Sin embargo, este abril, el gobierno japonés modificó su Ley de Servicios de Pagos promulgando la Ley de Moneda Virtual, algo que compañías de servicios fintech (tecnología financiera) e inversores institucionales acogieron con alegría. Aunque, por ahora, solo reconoce ciertas divisas bien establecidas como Bitcoin y Ethereum, como medios de pago legales y como productos que pueden ser comprados y vendidos sin el impuesto al consumo del 8 por ciento de Japón.
La ley es, en cualquier caso, conservadora: no llega a declarar a las criptodivisas como propia moneda de curso legal (como si fuera un yen), sanciona los intercambios de las mismas (yen por criptomoneda) e impone regulaciones a los operadores. Estas medidas cautelares incluyen el registro obligatorio en el gobierno, un capital mínimo de 10 millones de yenes (90.000 dólares), un sistema de seguridad para prevenir el robo y una auditoría anual obligatoria.
Este movimiento coloca a Japón en la primera nación en la vanguardia de la tecnología financiera. Según Mike Kayamori, director ejecutivo y cofundador de Quoine (una empresa con sede en Singapur B2B que también tiene operaciones en Japón y Vietnam), este salto de la cautela a la vanguardia responde a lo sucedido en 2014 con la empresa Gox. La compañía de intercambio de Bitcoin, con sede en Japón, quebró tras la desaparición de más de 800.000 Bitcoins, lo que llevó a la detención del CEO de la compañía, Mark Karples, por cargos de malversación de fondos.
Hasta la fecha, al menos 16 empresas se han registrado con la Agencia nipona de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés) para establecer intercambios de criptodivisa. Tienen un período de seis meses para que sus registros sean aceptados o no. Entre estas compañías se encuentra Quoine una empresa con dos años y medio de edad que, según Kayamori, es la plataforma más avanzada de la industria, puede realizar un millón de transacciones por segundo y cuenta con un 99,96% de tiempo de actividad.
El 11 de mayo, Coindesk, una web de noticias centrada en las monedas digitales, registró el precio de Bitcoin, que superaba por primera vez los 1.800 dólares, un aumento que también notaron otras divisas virtuales. El analista financiero Brian Kelly dijo al canal de noticias estadounidense CNBC que esta escalada era la respuesta a que Japón legalizara la moneda, lo que alentó a los inversores.
Si te gustó esta noticia, entérate de más a través de nuestros canales de Facebook y Twitter.
Novedades

La inteligencia artificial y el big data en el sector del entretenimiento
Proteja sus datos personales y comerciales a un nivel superior
La piel de oveja: un inusitado aliado anti fraude de los antiguos abogados
Cómo mejorar la seguridad en una página web
Colombia, Ecuador y Perú comparten gran parte de su biodiversidad agrícola y el dilema por el uso de las semillas nativas o transgénicas. Estas últimas están en vilo porque, a pesar de haber pasado por muchos estudios científicos, todavía hay quienes dudan de su seguridad e impacto tanto en la salud como en el medioambiente.
Transgénicos en los Andes
Países andinos Colombia, Ecuador y Perú viven una encrucijada por el uso y la normativa de los cultivos y alimentos genéticamente modificados
Suscríbete
Déjanos tu mail para recibir nuestro boletín de noticias
Leer también
Fines de semana de tres días o jornadas laborales de 6 horas: por fin, nuevas reivindicaciones ponen el foco, no solo en la productividad de la empresa, solo frenada por el yugo de los Derechos Humanos, sino en el bienestar del trabajador.

Trabajar menos para salvar el planeta
Los beneficios para la salud y el medio ambiente de la semana de cuatro días

Sumas y restas en la ciencia latinoamericana a raíz del libro “Un mundo lleno de futuro” [ENTREVISTA]
