Descubiertas tres nuevas subespecies de leopardo de las nieves

Leopardo de las nieves. /Wikimedia

Este enigmático gato es considerado uno de los animales más esquivos del mundo. Hasta ahora, se pensaba que su especie, Panthera uncia, era monotípica, es decir, constituída por un solo tipo de felino, pero un reciente artículo publicado en el Journal of Heredity, elaborado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), revela que hay tres subespecies de leopardo de las nieves.

La investigación supone el primer estudio genético en todas las poblaciones de la especie: un análisis de los rastros que dejan estas criaturas en su hábitat reveló la existencia de los tres grupos genéticos, diferenciados por su ubicación geográfica: el grupo del norte, Panthera uncia irbis, encontrado en la región de Altai, el grupo central, Panthera uncia uncioides, en Plateau, y el grupo occidental, Panthera uncia uncia, que vive en las regiones de Tian Shan, Pamir y trans-Himalaya.

El leopardo de las nieves es el último de los cinco grandes felinos que quedaba por evaluar como subespecie. Esta desconocimiento se debía a tres hechos importantes: habita en regiones remotas que a menudo son políticamente inestables con accesos complicados; las oportunidades de rastreo por radio o GPS son limitadas porque estos animales son difíciles de observar y atrapar en estado salvaje; y la mayoría de los padres de las poblaciones cautivas tienen un origen desconocido.

Este felino es el carnívoro más grande en este entorno y su supervivencia está amenazada. Habita una extensa área de alrededor de 1,6 millones de kilómetros cuadrados que abarca 12 países de Asia. Vive en altitudes elevadas, en montañas que superan los 3.000 metros de altura, donde se dan unos bajos niveles de oxígeno, baja productividad, temperaturas extremas, aridez y duras condiciones climáticas. Las variaciones entre las tres subespecies indican lo que los investigadores llaman un efecto barrera, provocado por la orografía del terreno: la subespecie norteña está aislada por el desierto de Gobi y las especies central y occidental divididas por el trans-Himalaya. Los autores afirman que se necesitan más estudios de seguimiento con los que poder realizar análisis genéticos que proporcionen información sobre cómo se comunican y estructuran los diferentes grupos.

Las nuevas técnicas de análisis genético, basadas en el registro de los rastros y lugares marcados por estos animales, suponen un método no invasivo, eficaz y eficiente de examinar las poblaciones. La importancia del estudio, según los científicos, es que constituye la primera visión del modo de organizarse de las poblaciones de este felino: los grupos interconectados son más estables y tienen una mayor probabilidad de sobrevivir. No solo ofrece una mejor comprensión de la evolución y ecología de las especies, sino que permite desarrollar medidas de conservación más flexibles, más adecuados para cada región particular.

Otro felino ha estado recientemente de actualidad, aunque lleve extinto más de 10 mil años, el tigre dientes de sable. Un equipo de paleobiólogos estadounidenses publicó el mes pasado su un estudio sobre el modo en que cazaban los grandes carnívoros como este tigre (Smilodon fatalis) y el lobo terrible (Canis dirus), y a ninguno de ellos debía de resultarle una tarea fácil: ambas especies, a diferencia de otros depredadores, estuvieron expuestas a mayor peligro por cazar animales de igual o mayor tamaño que ellas, lo que les provocaba importantes lesiones. La supervivencia era complicada en el Pleistoceno.

Beatriz de Vera

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