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Vidas que cambiaron el mundo

Elizabeth Blackwell, la doctora que abrió el camino a las mujeres en la medicina

La doctora nació en el seno de una familia cuáquera, que, como explica SINC, proporcionó a sus hijas la misma educación que a sus hijos, ya que según sus convicciones religiosas, mujeres y hombres (y blancos y negros) son iguales ante los ojos de dios. 

La mejor de su clase

Aunque es famosa su faceta como médico, su primer trabajo no estuvo relacionado con la medicina, sino con la enseñanza. Ejerció como profesora después de que su familia se mudara a Estados Unidos. Más tarde, y a pesar de su época y de la oposición generalizada, decidió asistir a la universidad de medicina, aunque como tuvieron que hacer algunas congéneres, estudió de manera autodidacta antes de conseguir ser aceptada en 1847 a la escuela médica de Ginebra, en Nueva York.

Pero Blackwell no fue solo la primera, sino la mejor: se graduó la primera de su clase, por lo que también se convirtió en la primera mujer en recibir su maestría en los Estados Unidos, con su tesis doctoral sobre la fiebre tifoidea, a pesar de que no se lo pusieron fácil, ni sus profesores, compañeros o la sociedad en general. Pero incluso habiendo roto moldes de esta manera, la doctora tuvo que viajar a París para poder ejercer, ya que ningún hospital estadounidense se lo permitía.

Pionera con vocación social


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Sin embargo, volvió a su país de acogida y, en 1857, fundó con la ayuda de su hermana y también médico Emily Blackwell, que trabajó como cirujana, y su colega Marie Zakrzewska, la Enfermería de Nueva York para Mujeres Indigentes y Niños, una institución que duraría más de un siglo y en la que, durante la Guerra Civil, entrenaron a muchas mujeres como enfermeras. Y uniendo sus dos profesiones, a finales de 1960 creó una escuela de medicina para mujeres, después de que acabara la guerra. Años después haría lo mismo en Londres.

Además, habiendo sostenido que las condiciones sanitarias limpias eran un aspecto importante de la salud, especialmente durante períodos de conflicto, Blackwell ayudó a establecer la Comisión Sanitaria de Estados Unidos en 1861, bajo los auspicios del presidente Abraham Lincoln.

Poco después de fundar la universidad, Elizabeth Blackwell regresó a Inglaterra. Estableció consultas privadas y ejerció como profesora en la London School of Medicine for Women, donde impartió clases de ginecología. Finalmente se trasladó a Hastings, donde murió en su casa el 31 de mayo de 1910, dejando como legado, no solo los libros que escribió a lo largo de su carrera, sino el camino abierto a las mujeres para que se dedicaran a la medicina, como cuenta en su autobiografía de 1985 Pioneer Work in Opening the Medical Profession to Women.

Beatriz de Vera
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