Dulces dejados en bosques aumentan población de osos (pero dañan el ecosistema)

“Mañana en un bosque de pinos” de Iván Shishkin.
Un equipo de zoólogos de los EE.UU. ha descubierto que bocados dulces lanzados por los cazadores en bosques han terminado por convertirse en parte esencial de la dieta de los osos. La investigación será presentada en el Journal of Wildlife Management. El artículo completo aún no está disponible, pero un breve resumen del mismo ha sido compartido en EurekAlert.
El oso negro americano, la especie del estudio, alcanza los 2 m de largo. El ejemplar más grande registrado hasta la fecha tuvo un peso de 363 kg y fue cazado en Wisconsin en 1885. Usualmente, estos animales mantienen una dieta omnívora, es decir, se alimentan de plantas, peces y carne, pero también se sienten muy a gusto comiendo alimentos procesados por el hombre. La investigación reveló que, en la actualidad, los bocados que los visitantes humanos dejan en el hábitat natural de estos animales (galletas, donas y dulces) conforman el 40% de la dieta de los osos que habitan el estado de Wisconsin.
Debido a que estos alimentos tienen un alto contenido calórico, los científicos señalan que esto podría afectar significativamente el metabolismo y comportamiento de los osos.
En un estudio previo, sobre este mismo problema en los bosques de Eslovenia, se descubrió que algunos ejemplares de osos pardos invernaron por un tiempo dos veces menor al normal, trastocando su ciclo natural y el de otras especies.
La razón detrás de la costumbre de dejar dulce en los bosques es facilitar a cazadores la ubicación de los osos. La cacería de estos animales está permitida en varios países, como los Estados Unidos, en donde este permiso alcanza a 30 estados. Por su parte, 12 de ellos autorizan, además, el uso de bocados para atraer a los osos.
La densidad de la población de osos puede alcanzar a unas cuantas decenas por cada 100 m2 de terreno. Sin embargo, en la realidad, no todos los osos se aparecen ante los cazadores y los bocados lanzados en los bosques y orillas conforman una cantidad significativa de alimento.
Como resultado, muchos osos pasan buena parte de su vida comiendo alimentos dulces y ricos en grasas, lo cual incide positivamente en su número, pero causa un cambio en el ecosistema a su alrededor.
Anna Kaznadzei
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