Escuchar música feliz puede mejorar tu creatividad divergente

Pixabay.
"El cascanueces" de Tchaikovsky; "Pedro y el lobo" de Prokofiev; "El barbero de Sevilla" de Rossini: todos tienen un efecto en común en tu cerebro.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE, realizado por Simone Ritter de la Universidad Radboud de los Países Bajos y Sam Ferguson de la Universidad de Tecnología de Sídney, Australia, la música clásica tiene más beneficios que el puro goce artístico en sus oyentes. El trabajo concluye que escuchar música feliz puede ayudarnos a formular más soluciones innovadoras en comparación con no escuchar música del todo. Que la música, en particular la clásica, estimula a las partes del cerebro responsables de la cognición (las funciones del aprendizaje, la abstracción y la memoria), ya se ha estudiado. Pero sobre la cognición creativa, determinante de nuestra creatividad, capacidad para llevar a cabo salidas innovadoras para una amplia gama de problemas, no.
Para estudiar el efecto de la música en la cognición creativa, 155 voluntarios completaron cuestionarios y fueron divididos en grupos, cada uno escuchaba uno de cuatro tipos de música (tranquila, feliz, triste o ansiosa), dependiendo de su valencia emocional (positiva, negativa) y excitación (alta, baja), mientras que un grupo de control escuchaba el silencio. Después de que la música comenzó a sonar, los participantes realizaron diversas tareas cognitivas que ponían a prueba su pensamiento creativo convergente y divergente (el que se mueve en un plano bien definido para resolver un problema específico y el que más bien no se restringe a un único plano, sino recurre a varios para dar con una solución a una complicación).
Así, los participantes que presentaron las soluciones más originales y útiles a una tarea obtuvieron una mayor creatividad divergente, mientras que los participantes que presentaron la mejor solución posible para una tarea obtuvieron una mayor puntuación en la creatividad convergente.
Los investigadores descubrieron que escuchar música feliz, que definen como música clásica por su valencia positiva y alta en excitación, facilita el pensamiento creativo más divergente en comparación con el silencio. Los autores sugieren que las variables involucradas en la condición feliz de la música pueden aumentar la flexibilidad en el pensamiento, de modo que soluciones adicionales podrían ser consideradas por el participante, las mismas que no se le habrían ocurrido tan fácilmente si hubiesen realizado la tarea en silencio.
Más investigaciones podrían explorar cómo diferentes sonidos ambientales pueden afectar la creatividad, incluyendo a participantes de diversas culturas, grupos de edad y niveles de experiencia musical. Los autores sugieren que su estudio también puede demostrar que escuchar música podría promover el pensamiento creativo de manera económica y eficiente en diversos entornos científicos, educativos y organizacionales.
Si te gustó esta noticia, entérate de más a través de nuestros canales de Facebook y Twitter.
Novedades

5 regalos futuristas (y económicos) para San Valentín
Los paneles solares también serán ventanas en el futuro: científicos los volvieron tranparentes
Cuarentena, extraterrestres y la psicología subyacente
Cómo hacer una transferencia de datos entre dos Xiaomi
Cómo editar videos de forma sencilla para eventos, viajes o fiestas
Suscríbete
Déjanos tu mail para recibir nuestro boletín de noticias
Leer también

Supercomputadoras en Latinoamérica
¿Por qué es importante poseer una kraken informático de alto rendimiento?
Hace 20 años una pequeña sonda, Pathfinder, aterrizó en el Valle de Ares en la superficie de Marte, el planeta al que más hemos viajado y el que más ha seducido nuestra imaginación. Si bien la imagen más mediatizada de la exploración espacial es la de Neil Armstrong pisando la Luna en 1969, el inicio de la exploración humana al espacio empieza mucho antes

Marte: 57 años enviando misiones al planeta rojo
El pasado 8 de septiembre la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral la sonda OSIRIS-REx, con el objetivo de estudiar in situ al asteroide Bennu. Se trata de una misión crucial que traerá por primera vez muestras no contaminadas de un asteroide de tipo primitivo que podremos estudiar en detalle, con los mejores instrumentos de laboratorio que existen. Allí estuvo el Dr. Javier Licandro, Investigador Titular del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y colaborador en la referida misión de la agencia espacial estadounidense.
