Fallece Stanislav Petrov, el hombre que salvó al mundo del apocalipsis nuclear

Stanislav Petrov. /Wikipedia
Ayer, 18 de septiembre de 2017, se conoció la noticia de la muerte del ex coronel de defensa aérea de la Unión Soviética Stanislav Petrov, que falleció en Friázino (Rusia) el pasado 19 de mayo. Hasta ahora, que el activista alemán Karl Schumacher lo ha hecho público, debido a que recibió la noticia de su hijo, el mundo no sabía de la pérdida de este hombre, que, quizá, nos haya salvado a todos de una destrucción masiva.
Porque, aunque pocos lo conozcan, Petrov, nacido en Vladivostok el 7 de septiembre de 1939, salvó al mundo en 1983. El 26 de septiembre de ese año, sistema de defensa soviético US-KS, apodado "Oko" (ojo en ruso) detectó un ataque con misiles desde EE.UU. El sistema funcionaba percibiendo vía satélite el destello de los misiles nucleares cuando eran lanzados. Esa noche, el sistema detectó un lanzamiento de un solo misil americano, y segundos después el sistema detectó otros cuatro lanzamientos. Según los datos informáticos que ofrecía "el ojo", cinco misiles nucleares estarían dirigiéndose a territorio soviético y llegarían en menos de media hora. Y según el protocolo del ejército soviético, lo que tocaba era tomar represalias con un ataque nuclear.
La historia quizá se contara de una manera muy diferente si hubiera sido otro el oficial de guardia en aquella mañana, pero quien ocupaba el puesto era Petrov, el coronel al mando de "Oko". Lo que se esperaba de él era que pasase la responsabilidad a un superior. Pero aunque Petrov era parte de un equipo bien formado, su entrenamiento era riguroso y sus instrucciones muy claras, decidió no dar el parte, negligencia que pudo haber salvado incontables vidas.
Sin embargo, algo no cuadraba para Petrov: si Estados Unidos de verdad estaba decidido a atacar a la Unión Soviética con misiles nucleares, enviar cinco no tenía sentido, el ataque tendría que movilizar miles de estas armas, así que, desobedeciendo las normas, lo descartó como una falsa alarma. De haber seguido la cadena de mando, el corone estaba convencido de que Yuri Andropov, líder de la Unión Soviética en aquel momento, habría ordenado contraatacar, librándose la guerra nuclear que se venía prometiendo toda la Guerra Fría.
Pero Petrov estaba en lo cierto: posteriormente se descubrió que la señal había sido causada por el reflejo del sol en las nubes sobre los Estados Unidos. El militar repetiría durante años en numerosas entrevistas, que esos momentos fueron de absoluta tensión y que no paraba de dar órdenes a lo loco a sus subordinados. Tras descartar la alerta, según pasaban los minutos comprobó que no había actividad inusual de bombarderos americanos, y todo parecía normal. “Veintitrés minutos después me di cuenta de que no había pasado nada. Si hubiese habido un ataque de verdad, ya me habría enterado. Eso fue un alivio”, contó a la BBC en 2013.
Esta historia tardó en hacerse pública 15 años. En 1998, se conoció gracias a las memorias de su superior en aquellos momentos, el general Yuri Vótintsev, y en 2014 se estrenó un documental titulado El hombre que salvó al mundo. El teniente coronel ha recibido el agradecimiento de, entre otras organizaciones, las Naciones Unidas; además de dos premios World Citizen de la Asociación de Ciudadanos del Mundo o el premio de la Paz de Dresde (Alemania), pero mantuvo toda su vida, que solo hizo “su trabajo”, en vez de “seguir órdenes”. “El mundo tuve suerte de que esa noche yo estuviese de guardia”, llegó a decir. Su figura ha sido honrada desde entonces por activistas de todo el mundo.
Beatriz de Vera
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