No desayunar aumentaría el riesgo de desarrollar aterosclerosis

Jacob van Hulsdonck "Desayuno con un pedazo de pescado, jamón y cerezas", 1614. /Wikimedia Commons

El consumo de menos del 5% de la norma diaria de calorías durante el desayuno conduce al riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esto fue descubierto por un equipo internacional de científicos, que durante seis años siguieron los hábitos cotidianos y la salud física de 4.000 españoles. La investigación se publicó en  el Journal of the American College of Cardiology.

Los autores del nuevo estudio probaron la relación entre omitir el desayuno y la aparición de la aterosclerosis, una enfermedad crónica de las arterias. Entre los factores de riesgo de esta enfermedad están la obesidad y la diabetes, es por ello que una nutrición adecuada juega un papel importante en su prevención.

Cuatro mil españoles participaron en el experimento (edad media fue de 45 años), que trabajan en oficina. El desayuno, o una bebida no alcohólica, se consideró la primera comida del día, normalmente hasta las 10 a.m. Tras recopilar datos sobre los hábitos alimenticios de los participantes en el experimento, los científicos los dividieron en tres grupos según el valor energético de su desayuno: las personas que consumen más del 20% de la tasa de calorías diarias recomendadas (la tasa media recomendada de calorías diarias para la muestra fue de 2,314 kcal); personas que consumen de 5% a 20% de la tasa de calorías diarias recomendadas; y las que consumen menos del 5% de la tasa de calorías diarias recomendadas.

Los investigadores también recolectaron datos sobre el género, la edad, el estado civil, la educación, el consumo de tabaco (fumar es uno de los principales factores que influyen en el desarrollo de la aterosclerosis) y el alcohol, la actividad diaria, así como la historia familiar de enfermedades cardiovasculares y restricciones dietéticas con el propósito de perder peso. Todos los datos recogidos se tuvieron en cuenta en el análisis.

Como principal indicador de riesgo de aterosclerosis, los científicos consideraron la cantidad de placas de ateroma en las arterias de los participantes. Los científicos midieron el nivel de placas en la arteria carótida, la aorta y la arteria femoral. La presencia de placas en estos vasos se consideró un indicador de aterosclerosis no coronaria. La aterosclerosis coronaria (subclínica) también se caracterizó por la formación de sales de calcio en la arteria coronaria. La aterosclerosis fue considerada "general" con la afectación de al menos cuatro de las seis zonas de estudio (y la ausencia de calcio). Durante el análisis de la presencia de placas consideraron la complexión de los participantes, el consumo de tabaco, alcohol y carne roja, así como la presencia de diabetes, la dislipidemia y la hipertensión.

Los resultados del análisis mostraron que la presencia de placas ateromatosas en los vasos sanguíneos de las personas que no desayunan, es más alta que en las que tienen un desayunan abundante o incluso ligero.

 

La gráfica de los índices de probabilidad de presencia de aterosclerosis (de izquierda a derecha) no coronaria, subclínica y "general" entre las personas que consumen desayuno fuerte (en gris) o ligero (rojo) y los que no desayunan (destacado en azul),

Uzhova et al. / Revista del Colegio Americano de Cardiología 2017

 

Además, los autores descubrieron que omitir el desayuno estaba asociado con un aumento, por dos veces, en la probabilidad de desarrollar la obesidad, y el síndrome metabólico por tres veces.

 

Un gráfico que muestra la probabilidad de tener obesidad (izquierda) y síndrome metabólico (derecha) entre las personas que consumen (de izquierda a derecha en cada gráfico) un desayuno abundante o ligero y los que no desayunan.

Uzhova et al. / Revista del Colegio Americano de Cardiología 2017

Los autores del documento creen que estos resultados se deben al hecho de que las personas que no toman desayuno corren el riesgo de reponer sus reservas de energía, más tarde durante el día,  consumiendo una gran cantidad de alimentos ricos en carbohidratos y grasas. Los investigadores señalan que con el fin de seguir estudiando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hay que prestar atención a los factores tempranos, como la nutrición a una edad más temprana.

Elizabeth Ivtushok

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