Resuelto uno de los misterios sobre los pobladores originales de la Isla de Pascua

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La Isla de Pascua, también llamado Rapa Nui, no solo alberga el misterioso origen de sus monumentales moais —las antiguas cabezas de piedra tallada que están sembradas en sus prados— sino también el de cómo se pobló, al ubicarse a más de 2.000 km de la isla habitada más cercana y a unos 3.500 km de Chile. Aunque algunos arqueólogos han sugerido la llegada de pobladores de islas de la Polinesia, en embarcaciones menores, a la fecha no hay mayor confirmación de ello.

Una investigación paleogenómica —publicada en Current Biologyde un equipo internacional liderado por la UC Santa Cruz (EE.UU.) arroja luz sobre esas cuestiones al descartar la posibilidad de que los habitantes de la isla de Pascua se hayan mezclado con sudamericanos antes de la llegada de los europeos al lugar en 1722.

Un estudio anterior ya había dado con los rasgos genéticos de los primeros habitantes de las Américas en los residentes indígenas actuales de la Isla de Pascua y que estos databan de entre 1280 y 1425 como años del inicio de la mezcla.

Lars Fehren-Schmitz, antropólogo de la universidad, señala que el reciente estudio es el primero en usar el análisis paleogenómico para probar directamente esa hipótesis

El equipo analizó fragmentos de huesos de los antiguos restos esqueléticos de cinco individuos que fueron excavados en la década de 1980: tres de ellos vivieron antes del contacto europeo, y dos vivieron después. Se analizaron las secuencias de ADN recuperadas de los restos biológicos conservados para rastrear procesos evolutivos moleculares a través del tiempo.

Los hallazgos indicaron que el contacto con humanos de fuera de la isla debe haber tenido lugar después de 1722.

"No encontramos evidencia de flujo de genes entre los habitantes de la Isla de Pascua y Sudamérica", dijo Fehren-Schmitz. "Nos sorprendió mucho que no hayamos encontrado nada. Hay muchas pruebas que parecen plausibles, por lo que estábamos convencidos de que encontraríamos pruebas directas del contacto pre-europeo con América del Sur, pero no estaban allí".

A partir de 1722, se asume que actividades como la esclavitud, la caza de ballenas, las deportaciones masivas y otras no solo desencadenaron sino intensificaron el contacto europeo y probablemente dejaron huella en la genética de los isleños hoy.

"Este estudio destaca el valor del ADN antiguo para probar hipótesis sobre la dinámica de la población pasada", dijo Fehren-Schmitz. "Sabemos que las poblaciones modernas de la isla tienen ascendencia indígena sudamericana, y ahora sabemos que los primeros habitantes no la tuvieron. Entonces, las grandes preguntas siguen siendo: ¿Dónde y cuándo interactuaron estos grupos para cambiar la firma genética de los isleños de Pascua?".

"Queremos hacer más trabajo para determinar con mayor precisión cuándo se produjo este flujo de genes entre los nativos americanos y la población de Rapa Nui, y en qué parte de América se originó", dijo. "La dinámica poblacional de estas regiones es fascinante. Necesitamos estudiar las antiguas poblaciones de otras islas, si los restos existen".

Hans Huerto

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