Vidas de orcas en cautiverio peligran por morder sus tanques por aburrimiento

Pixabay

Un artículo, publicado esta semana en Archives of Oral Biology, da cuenta de una investigación internacional sobre la salud oral de las ballenas orcas cautivas y concluye que el aburrimiento y la frustración provocan que muchos ejemplares empiecen a masticar los tanques de concreto y acero en que viven. El desgaste y heridas en su dentadura producto de esta conducta conllevan una serie de problemas de salud.

El estudio, el primero en su tipo, no se limita solo a la revisión de individuos en parques marinos, sino también en la comunidad zoológica en general. Fueron documentados dos tipos de daños autoinflingidos en los dientes.

El dr. Jeffrey Ventre, ex entrenador del afamado parque acuático SeaWorld y coautor del nuevo estudio, señala a Gizmodo que el mordisqueo “es una 'estereotipia' conductual neurótica a partir del aburrimiento y tal vez para aliviar la ansiedad", como cuando los caballos mastican la cerca de su establo o los tigres van de lado a lado en sus jaulas de zoológicos. Más del 65% de las ballenas estudiadas exhibieron desgaste dental moderado a extremo en las mandíbulas inferiores, principalmente como resultado de este comportamiento.

Otro mecanismo que provoca las lesiones “es un evento muy agudo, que ocurre literalmente segundos (no durante la vida del animal), cuando las orcas cautivas hacen demostraciones amenazantes hacia un potencial rival, generalmente cuando compiten por el dominio. Las ballenas chasquearán sus mandíbulas, generalmente cuando una puerta de acero las separa de su contendiente".

Ventre y John Jett, de la Universidad Stettson (EE.UU.) investigaron 29 orcas cautivas propiedad de SeaWorld Entertainment Corporation, en Estados Unidos y España.

Usando 318 fotos de alta resolución, los investigadores evaluaron el desgaste de los dientes de cada orca en cuatro ocasiones entre 2013 y 2015, tomadas durante horas normales de visualización y cuando los hocicos estaban expuestos. Se observó daño dental en cada orca estudiada desde temprano en su vida cautiva. La mitad exhibió un desgaste coronal mandibular "moderado", es decir, daño hacia la punta del diente, mientras que un cuarto exhibió un desgaste "mayor" a "extremo".

Más aún, el estudio observó que alrededor del 60% de orcas estudiadas fue sometido a pulpotomía modificada, una intervención odontológica en que se perfora un diente para extraer la pulpa. Ello, pues una vez que un diente se desgastó hasta exponer la pulpa, hay mayor riesgo abscesos. A diferencia de los procedimientos dentales que se realizan en humanos, el orificio se mantiene abierto durante el resto de la vida del animal y requiere un lavado diario con productos químicos para prevenir infecciones. De más está decir que se trata de heridas particularmente sensibles al mordisqueo de tanques.

Pese a que los registros de salud de las ballenas que mantienen los parques acuáticos, y que fueron revisados para la investigación, prueban que las orcas son malos candidatos para el cautiverio, esta especie continúa siendo captada para el sector.

Los investigadores sospechan que las ballenas protagonistas del documental Blackfish, Tilikum y Kasatka murieron prematuramente debido, en parte, a la neumonía resistente a los antibióticos que fue causada por años de tratamiento con antibióticos para tratar sus dientes, lo que redujo su inmunidad y también creó bacterias resistentes al tratamiento. Se necesita más ciencia sobre el tema de la patología dental en ballenas en zoológicos, pero el trabajo observa que en general, la salud dental de las orcas salvajes es mucho mejor que las orcas cautivas, dice Ventre.

Hans Huerto

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