El nuevo compañero de viaje de la Tierra es un asteroide, no basura espacial

2016 HO3 es finalmente un asteroide. /NASA

2016 HO3, descubierto el año pasado, es un pequeño objeto cercano a la Tierra (un NEO, por sus siglas en inglés) que mide no más de 100 metros de diámetro. Y no solo está cerca, sino que acompaña a nuestro planeta en su paseo incansable alrededor del Sol. Se había especulado que este compañero de órbita fuera simplemente basura espacial, pero en la reciente Conferencia anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana en Provo (Utah, EE.UU.), astrónomos del Laboratorio Lunar y Planetario de la también estadounidense Universidad de Arizona demostraron finalmente que es un asteroide.

El equipo, dirigido por el astrónomo Vishnu Reddy, utilizó uno de los telescopios más grandes del mundo, el Gran Telescopio Binocular (LBT), en el monte Graham en el sudeste de Arizona, para desentrañaar la verdadera naturaleza de este objeto.

Su procedencia es desconocida, pero las observaciones muestran que gira una vez cada 28 minutos y está hecho de materiales similares a los de otros asteroides. 2016 HO3 permanece dentro de 38-100 distancias lunares de nosotros y, mientras orbita el Sol, también parece rodear la Tierra como un cuasi-satélite. La explicación de su movimiento es que mientras orbita alrededor del Sol, el objeto hace bucles anuales alrededor de la Tierra y, como resultado, parece orbitar nuestro planeta, pese a que en realidad no está ligados gravitacionalmente. Solo se han descubierto cinco cuasi-satélites, pero 2016 HO3 es el más estable de ellos.

"El período de rotación derivado y el espectro de luz emitida no son infrecuentes entre los pequeños NEO, lo que sugiere que el HO3 2016 es un objeto natural de procedencia similar a otros del tipo", explica Reddy en una nota de prensa de la universidad. 

Aunque este nuevo amigo de nuestro planeta finalmente no lo sea, la acumulación de basura espacial es un problema. Lo cierto es que se nos antoja lejano, y depende de cómo se mire, los 10.000 kilómetros a los que se encuentra el límite del espacio exterior, son un trecho considerable. Sin embargo, los residuos que lanzamos al espacio pueden tener consecuencias. No solo hablamos de grandes dinosaurios de la tecnología espacial que orbitan eternamente como fantasmas, como ilustra la película Gravity, sino que el caos lo pueden provocar pequeños satélites que han colonizado las zonas más cercanas a la Tierra, para conseguir algo tan básico como que tú tengas wifi y puedas leer esta noticia.

Beatriz de Vera
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