Ciempiés venenoso atacó y devoró a serpiente cuando esta ponía huevos

No mostrar a los niños: un ciempiés comiendo una serpiente. / KANYA SOPHIMAI

Todos alguna vez hemos visto la fotografía de un ciempiés: vienen en diferentes tamaños y colores, la mayoría son bastante pequeñas y no dan miedo como la Scolopendra cataracta. Pero otros son realmente grandes, como el Scolopendra dawydoff, un miembro de la familia Scolopendridae.  En Tailandia, un equipo de biólogos publicó en el Journal of Insect Behavior los detalles de la observación fortuita a un ejemplar de este último ciempiés atacando a una serpiente de cabeza negra triangular (Sibynophis triangularis) en los bosques de una reserva de este país.

“Lo interesante es principalmente el hecho de que la serpiente en este evento estaba poniendo huevos, lo que significa que no pudo haber escapado”, dijo Michele Chiacchio, autora principal del estudio. “El ciempiés se encontró ya envuelto a lo largo de todo el cuerpo de la serpiente, la cual fue capturada mientras ponía huevos, con dos huevos ya expulsados y otros dos todavía dentro de su cuerpo”. 

Para mantener a la víctima quieta, el ciempiés la habría apuñalado con sus patas en forma de garras y luego mordido con sus poderosas tenazas liberando un veneno altamente tóxico. “Nuestro informe es el primer incidente conocido de captura de una presa vertebrada mientras pone huevos”, añadió Chiacchio.

Los hallazgos son un valioso aporte para nuestra comprensión de la biología de estos animales poco conocidos, según la autora. “Sabemos muy poco sobre cualquier cosa que ocurra, especialmente cuando se trata de especies pequeñas y tristemente poco apreciadas”.

Se sabe que los miembros de esta familia de ciempiés verdaderamente intrépidos atacan a lagartos, ratas, pájaros y murciélagos. Lo que se desconocía hasta ahora es que las serpientes también estaban en su menú. Es posible que estos ciempiés gigantes coman presas vertebradas más a menudo de lo que se pensaba. Los ciempiés de la familia Scolopendridae pueden llegar a medir entre 20 y 30 cm en climas tropicales y suelen vivir mucho más tiempo que otros ciempiés. Su veneno causa inflamación severa, escalofríos, fiebre y debilidad. Nunca se ha documentado una muerte humana por este tipo de picadura (pueden estar tranquilos). 

Este hecho forma parte de varios encuentros feroces en la naturaleza como por ejemplo el de un cocodrilo contra un tiburón. También, hace unos años, otro grupo de biólogos registró cómo una víbora se tragó un ciempiés demasiado grande y este la devoró desde dentro hasta abrirse paso al exterior.  

Adrian Díaz
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