Una nación flotante y sin políticos se creará en aguas de la Polinesia Francesa

Las estructuras contarán con techos verdes cubiertos de vegetación y la construcción utilizará bambú local, fibra de coco, madera y metal reciclado y plástico.. /Seasteading Institute
"Restaurar el medio ambiente, enriquecer a los pobres, curar a los enfermos y liberar a la humanidad de los políticos". Esta es la consigna de un movimiento puesto en marcha por Seasteading Institute, una organización estadounidense sin ánimo de lucro que pretende crear, en el archipiélago de la Polinesia francesa, la primera nación flotante del mundo. Cómo va a acabar con la pobreza o a curar a los enfermos no queda todavía muy claro, y en cuanto a su primer propósito, la construcción, realizada de forma sostenible para el medio ambiente, se mantendría a flote sin notar en sus costas el futuro aumento del nivel del mar. Aunque quizá lo más llamativo del proyecto es su objetivo de acabar con los políticos, para lo que los creadores han diseñado una estructura social que se acerca más a la que rige los mercados. La organización ha obtenido a princpios de este año los permisos para realizar estudios en las aguas y, en unos años, podrían aparecer los primeros edificios flotantes, el núcleo de una ciudad habitable.
Esta utopía de las ciudades-estado está descrita en el libro Seasteading, de 2012. La organización territorial que pretenden sus ideólogos se podría asemejar a un escaparate flotante de opciones políticas marcadas por la ley de la oferta y la demanda: en esta sociedad, cada ciudadano tiene la libertad de elegir a quién le gobierna, no con un voto, sino cambiando a placer su ciudadanía, lo que, según afirman, obligaría a los políticos a gobernar de manera atractiva. “Si los habitantes no están de acuerdo con el gobierno de la ciudad, podrían mudarse a otra ciudad”, explica un reciente artículo del Daily Mail.
La Polinesia Francesa, cuya economía depende de la importación, el turismo y las ayudas financieras de Francia, y que se encuentra en riesgo por el aumento del nivel del mar, está creando una zona económica especial para que la nación flotante pueda operar bajo sus propias leyes comerciales. La primera ciudad se construiría sobre una red de 11 plataformas rectangulares y de cinco lados, que podría reorganizarse según las necesidades de sus habitantes como un rompecabezas flotante, contó el presidente de la compañía Quirk. Estas plataformas estarán hechas de hormigón reforzado y soportarían edificios de tres pisos, como apartamentos, terrazas, oficinas y hoteles durante al menos 100 años.
Por ahora, las condiciones que esta región ha puesto a la organización para aprobar sus planes es que demuestren que su construcción va a beneficiar a la economía local, y que son respetuosos con el medio ambiente. Aparentemente, las estructuras contarán con techos verdes cubiertos de vegetación y la construcción utilizará bambú local, fibra de coco, madera y metal reciclado y plástico.
La organización, que empezó siendo financiada por el multimillonario y fundador de Pay Pal, Peter Thiel, fue fundada por Patri Friedman, nieto del premio Nobel de Economía Milton Friedman. El monto para construir la primera isla se se obtendrá mediante coin offering, un concepto en el que el dinero es generado por las masas mediante la creación y venta de una moneda virtual. Seasteading Institute espera recaudar alrededor de 60 millones de dólares para 2020 para construir una docena de edificios.
Beatriz de Vera
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